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El diplomático estadounidense Lawrence Foley (en el centro de la foto), que trabajaba para la agencia de ayuda al desarrollo Usaid, fue asesinado a tiros ayer en Amman, la capital de Jordania. El asesino, un hombre enmascarado que según las autoridades jordanas actuó en solitario, logró huir del lugar del atentado sin ser identificado. “Creo que no sabemos aún lo suficiente como para llamarlo terrorismo”, sostuvo el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher. “Debemos conocer un poco más antes de comenzar a describirlo como terrorismo.” No obstante, el portavoz resaltó que el asesinato evidencia la necesidad de continuar la guerra contra el terrorismo, y citó los recientes atentados explosivos en discotecas de la paradisíaca isla indonesia de Bali como un ejemplo del accionar terrorista en busca de objetivos más “livianos”. La embajada estadounidense en Amman fue cerrada por tiempo indefinido, excepto para servicios de emergencia. Foley había cumplido 60 años hace poco, y el domingo recibió un premio honorífico por su trabajo en Amman, a donde había sido destinado en agosto del 2000.