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Ni siquiera la baja importante que está teniendo el precio del combustible resultó un bálsamo eficaz para las líneas aéreas. Según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (Iata, de acuerdo con sus siglas en inglés), la actividad aerocomercial enfrentará este año el peor momento de su historia, debido a la crisis económica internacional. Las pérdidas de este ejercicio estimadas para el sector sumarían más de 4700 millones de dólares, 2000 por encima de las que se pronosticaban durante las navidades.

El pronóstico fue difundido ayer por Giovanni Bisignani, titular de Iata, para quien la situación de las aerolíneas es “nefasta”, bastante peor que la que debieron soportar tras los atentados a las Torres Gemelas del 11 de septiembre, cuando todo el tráfico se resintió dramáticamente. “Entonces la situación era mejor, básicamente porque los bancos podían ayudar, algo que hoy no ocurre”, aclaró el ejecutivo.

El ingreso de las líneas aéreas se retraerá un 12 por ciento, lo que equivale a unos 63 mil millones de dólares, fundamentalmente por la menor demanda. El retroceso se está registrando en todos los rubros, aunque resulta más acentuado en el segmento de cargas, que se contraerá un 13 por ciento, mientras que el tráfico de pasajeros retrocederá un 5,7. Para colmo de males, la clase más castigada es la de business, justamente neurálgica en este negocio.

Las pérdidas proyectadas para 2009 crecieron drásticamente respecto del pronóstico que la propia Iata había formulado en diciembre pasado, cuando vaticinó que los quebrantos sumarían 2500 millones en la moneda norteamericana. El ajuste está en consonancia con la reformulación de proyecciones sobre la evolución de la economía mundial, según explicó Bisignani. Hacia fin del año pasado se preveía que habría un crecimiento del PIB mundial del 0,9 por ciento, mientras que hoy se estima que sufrirá un retroceso del 1,9.

La buena noticia para el maltrecho negocio aerocomercial vino de la mano del JP1. La nafta aérea se abarató al ritmo del petróleo y su ponderación en los costos totales bajó del 34 por ciento al 25. Pero esto no resulta suficiente para recomponer los números globales del sector.