EL MUNDO
“Ante el terror hubo que actuar”
Vladimir Lukin, vicepresidente del Parlamento ruso, admite en esta entrevista de Página/12 errores en el rescate de los rehenes, pero sostiene que el Kremlin no tenía alternativas.
Página/12
en Francia
Por Eduardo Febbro
Desde París
Vladimir Lukin habla con una firmeza que no alcanza a disimular su desenvoltura. El actual vicepresidente de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) vino a Francia a explicar la política del presidente ruso Vladimir Putin frente al terrorismo y a Irak. En esta entrevista exclusiva con Página/12, Lukin admite errores en el uso del gas letal que mató a más de 100 rehenes de los casi 800 secuestrados por un comando de separatistas chechenos en Moscú pero, al mismo tiempo, defiende el uso de la fuerza.
–Aunque los países occidentales cerraron los ojos ante lo ocurrido durante el asalto contra el teatro de Moscú donde un grupo checheno tenía secuestradas a 800 personas, la utilización de un gas letal para liberar a los rehenes suscita muchos interrogantes. En cifras concretas, murieron más secuestrados que terroristas.
–Reconozco que fue una falta no haber dicho de qué tipo de gas se trataba. Hubiésemos tenido que actuar de manera más eficaz a fin de soportar las consecuencias del gas. Pero ese gas era un producto secreto. Y esa obsesión del secreto nos es muy propia porque somos los herederos del régimen soviético. Sin embargo, me permito recordarle que la amenaza de los terroristas era real. Su propósito consistía en la destrucción total del edificio. Pero incluso si por causa de la utilización del gas durante el asalto murieron más de 100 rehenes, gracias a la intervención de las fuerzas especiales pudimos evitar la muerte de la mayoría de los 800 rehenes. Si aún es demasiado pronto para juzgar el profesionalismo de quienes dirigieron y participaron en el operativo, no hay dudas de que los secuestradores eran terroristas.
–¿Eso justifica acaso que un Estado utilice los mismos métodos que aquellos que sobrepasan el marco de la ley?
–Frente a los atentados terroristas hay que responder con la fuerza. Admito que es preciso hacer que las operaciones sean más eficaces. Pero los países que han sido víctimas de atentados terroristas nos apoyaron mucho. Saben muy bien cuán difícil es disociar el terrorismo del separatismo. España aún no pudo lograrlo con la ETA mientras que si analizamos lo que ocurre en Gran Bretaña enseguida vemos hasta qué punto el terrorismo y la política están estrechamente ligados. Nosotros estamos en contra del terrorismo, cualquiera sea su forma. Estimamos que la amenaza más grave que pesa sobre el mundo es la alianza del terrorismo internacional y del crimen organizado con la posibilidad de obtener armas de destrucción masiva. Por ejemplo, en el curso del secuestro masivo que ocurrió en Moscú, los terroristas hablaron repetidas veces por teléfono con los Emiratos Arabes Unidos y otros países. Estados Unidos está convencido de que ese secuestro se inscribe en el marco del terrorismo internacional. Para la administración Bush resulta claro que los centros del terrorismo internacional trabajaron activamente en este operativo.
–Con o sin terrorismo, el tema de Chechenia es una espina en el pie de Rusia. ¿Qué hará el gobierno para pacificar la república sin caer en los excesos del pasado?
–Nosotros vivimos bajo los principios del derecho internacional. Esto significa que las negociaciones son únicamente posibles siempre y cuando los atentados cesen y, también, que se mantengan las fronteras en las líneas actuales. Un cambio de las fronteras podría acarrear graves consecuencias para Rusia y el resto del mundo. Conforme con los principios de Helsinki, sólo existen dos medios de cambiar las fronteras: la paz y un acuerdo común entre las dos partes, tal como ya ocurrió entre los checos y los eslovacos. Ese ejemplo nos demuestra que es posible. Actualmente, estas dos condiciones no están reunidas. Los separatistas chechenosemprendieron una guerra pero nosotros estamos dispuestos a entablar una serie de negociaciones con los separatistas. Pero únicamente con ellos y no con los terroristas. Yo participé en las negociaciones que tuvieron lugar durante la primera guerra en Chechenia y dudo mucho de que el presidente checheno sea un hombre político moderado, que no tenga nada que ver con el terrorismo. Por otra parte, el presidente Vladimir Putin propuso que se organizara un referéndum en Chechenia para crear un gobierno legítimo. Me parece que resulta imposible resolver el problema checheno sin una negociación política seria. En varias ocasiones, los mediadores europeos nos dijeron que debíamos negociar con el presidente separatista checheno Aslan Masjadov. Pero Masjadov es un terrorista y lo que ocurre es que los países occidentales no tienen confianza en nosotros. Le recuerdo que durante el secuestro, el jefe de los terroristas aseguró que obedecía a las órdenes de Shamil Basayev, el jefe de los independentistas, y de Masjadov. En ese contexto, el Departamento de Estado norteamericano declaró que el presidente checheno era alguien con quien resultaba imposible entablar negociaciones.
–¿Cómo ve el desenlace en la ONU del tema Irak?
–Nuestra posición respecto de Irak es muy cercana a la de Francia y trabajamos juntos en el Consejo de Seguridad. A pesar de que los miembros del Departamento de Defensa norteamericano tenían una visión muy especial, espero que Estados Unidos elegirán la coalición antiterrorista y no la confrontación con esa coalición. Nosotros no queremos que haya acciones unilaterales sin consultas previas. Lo más importante es permitirles a los inspectores de las Naciones Unidas, mandatados y supervisados por la ONU, que verifiquen si Irak detenta o no armas de destrucción masiva. Los inspectores deben tener la garantía de que trabajarán con plena libertad. De ahí a decir que es preciso atacar, con eso ya no estoy de acuerdo. Destituir el presidente de un país, sea cual fuere, es contrario al derecho internacional.