Un policía murió ayer en un atentado atribuido a la organización independentista armada vasca ETA al estallar su coche en la localidad de Arrigorriaga (País Vasco, norte de España), cerca de Bilbao. Se trata del inspector de la Policía Nacional española Eduardo Puelles, de 49 años, nacido en el País Vasco, indicó un portavoz de Interior del gobierno regional vasco.

Puelles era el Inspector Jefe del grupo de Vigilancia Especial de la Brigada de Información,de la policía antiterrorista española, informó una fuente de la Policía Federal española.

La explosión se produjo a la mañana temprano en un estacionamiento y provocó un incendio en el coche que se propagó a otros vehículos. El estallido fue provocado por una bomba-lapa, de entre 1,5 y 2 kilos de explosivos, que fue colocada junto al depósito de combustible del coche, según fuentes de la investigación citadas por los medios. La víctima pidió ayuda tras la explosión antes de morir y su esposa lo oyó. La mujer tuvo que ser trasladada a un hospital con una fuerte conmoción.

El atentado fue atribuido a ETA por el presidente del gobierno regional vasco, Patxi López. “En estos momentos tan duros y difíciles quiero decirle a su familia que tiene toda nuestra cercanía, nuestra solidaridad y nuestro cariño, y el de la inmensa mayoría de la sociedad vasca, que no soporta más a los asesinos y canallas de ETA”, declaró López en una comparecencia en el Parlamento regional, en Vitoria (País Vasco). López expresó su “más rotunda condena” y su “rechazo más contundente” porque “una vez más los terroristas han acabado con un trabajador de este pueblo”.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, condenó en Bruselas “el atentado” y prometió que sobre sus autores “caerá todo el peso de la ley” para que cumplan “la más larga y dura condena posible”. “Sabíamos que podía volver a ocurrir”, aunque la “organización terrorista está más débil que nunca por la acción” de la Justicia, las fuerzas de seguridad y la cooperación internacional, aseguró.

El Parlamento vasco y el Congreso de los Diputados español condenaron el atentado y observaron un minuto de silencio, mientras que López convocó a una manifestación el sábado por la tarde en Bilbao. “Desde la Justicia y desde la Audiencia Nacional vamos a hacer todo lo necesario por que un día, más pronto que tarde, termine la lacra del terrorismo en España”, afirmó, por su parte, el juez antiterrorista Baltasar Garzón.

El secretario general del Consejo de Europa, Terry Davis, también condenó el ataque, y dijo tener una “gran admiración” por los policías que trabajan en el País Vasco.

El de ayer es el primer atentado de ETA desde que el socialista Patxi López asumió el cargo de presidente del gobierno regional vasco, al que ETA declaró como objetivo. López es el primer presidente vasco socialista después de 30 años de gobierno nacionalista y desde que volvieron a celebrarse elecciones en España después de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).

El último atentado de ETA se remonta al 3 de diciembre, en la localidad vasca de Azpeitia, donde mató al empresario Ignacio Uría, de 71 años, cuya empresa trabajaba en la construcción del tren de alta velocidad en el País Vasco.

ETA, que integra la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, es responsable de 825 muertes en los últimos 40 años de atentados en favor de la independencia del País Vasco.

Desde el fracaso de un intento de negociación con el gobierno socialista español durante una tregua de algo más de un año, que terminó en junio de 2007, ETA reanudó sus atentados y desde entonces ha matado a seis personas. Hace unas semanas anunció que lleva a cabo una “reflexión” para ser más “eficaz”.