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Registros casa por casa que anticipan represalias

El premier Ariel Sharon autorizó una gran ofensiva en Hebrón en represalia por el asesinato de 12 israelíes el viernes.

Israel reaccionó ayer a la doble emboscada del viernes que mató a 12 israelíes en Hebrón y como primera medida reocupó la ciudad cisjordana, donde impuso el toque de queda y registró viviendas. Además, el equipo israelí de seguridad se reunió para analizar posteriores respuestas al ataque palestino. Pero Israel también reconoció una falla del ejército, ya que el ataque se perpetró por un pequeño comando de la agrupación radical Jihad Islámica en zona bajo control israelí en la que los nueve soldados y tres colonos –y no 12 colonos, como se había informado antes– cayeron como blanco del tiroteo.
En el horizonte se prevé que el ejército israelí ponga en marcha “una amplia batería de medidas de represalia”, según informó la radio israelí. En ese sentido, el flamante ministro de Defensa, Shaul Mofaz, se reunió ayer con el jefe del Estado Mayor, general Moshe Yaalon, y responsables de la seguridad para discutir sobre la respuesta al ataque palestino. Los resultados del encuentro se presentarán hoy por la mañana en la reunión de gabinete. Según los analistas, podrían retomar fuerza los “asesinatos selectivos” que implementa Israel en su guerra contra el extremismo palestino. Asimismo, el canciller israelí, el halcón ex premier Benjamin Netanyahu, calificó el atentado como una “verdadera masacre” y se reunió con responsables de su ministerio para hablar de las repercusiones internacionales.
Por su parte, el coronel de la Brigada Nahal, Noam Pibon, calificó la emboscada de Hebrón, en la que nueve militares israelíes y tres colonos resultaron muertos, como “un ataque masivo a quemarropa”. El viernes, unos francotiradores palestinos abrieron fuego al comienzo del shabat judío contra un grupo de religiosos cuando regresaban de rezar ante la Tumba de los Patriarcas, en la ciudad vieja de Hebrón. Seguidamente, unos soldados se acercaron para asistirlos y cayeron en la emboscada. Según testigos, los francotiradores y los soldados sostuvieron un intenso tiroteo durante cerca de 90 minutos, en el curso del cual murió el comandante Dror Weinberg, de 28 años, la baja más alta del ejército israelí desde el comienzo de la última Intifada palestina hace dos años. También murieron los tres francotiradores y resultaron heridos 15 israelíes, de las cuales cuatro estaban ayer en “estado grave”, según fuentes sanitarias.
El ejército israelí reocupó Hebrón, la ciudad cisjordana que había evacuado hacía sólo tres semanas. Además, las fuerzas israelíes hicieron registros casa por casa, acción temida por los habitantes de la Ciudad de los Patriarcas, quienes permanecieron atrincherados en sus hogares bajo un severo toque de queda. En la ciudad viven 130.000 palestinos y entre ellos 450 colonos israelíes, en su mayor parte radicales. Hebrón está dividida desde 1997 en un sector palestino y otro administrado por Israel.
En otros incidentes violentos en Cisjordania las fuerzas israelíes mataron a tres palestinos: una joven de 21 años cerca del campamento de refugiados palestinos de Balata, en Nablus; un joven de 17 años en el campamento de Jenin, y en la aldea de Asna, a un militante palestino. Entretanto, helicópteros de combate israelíes bombardearon un taller metalúrgico en la ciudad de Gaza, hiriendo a ocho personas, según fuentes palestinas. Ramadan Yalal, jefe de la Jihad Islámica, declaró a la televisión árabe Al Jazeera en una llamada telefónica desde el extranjero que el asalto de Hebrón ha sido la “respuesta” a la muerte de Iyad Sawalha, alto miembro de la organización.

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Un soldado israelí se prepara para inspeccionar una vivienda palestina en Hebrón.
 
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