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Augusto Barrera, coordinador del programa de campaña y miembro de Pachakutik, movimiento indigenista y principal fuerza política aliada de Lucio Gutiérrez, dialogó con Página/12 sobre los principales puntos de la agenda a partir de la toma de mando del próximo 15 de enero. Barrera confirmó que tiene un lugar asegurado en el gabinete, que podría ser la cartera de Interior.
–¿Cuáles serán las primeras medidas?
–El gobierno propondrá avanzar en un acuerdo de gobernabilidad, unidad y desarrollo nacional, una de las primeras iniciativas políticas por la que tratará de establecer algunos ámbitos de consenso y definiciones básicas, a nivel del espacio legislativo, como con algunas fuerzas sociales y económicas claves del país. Luego es preciso tener una información completamente exhaustiva de la situación del país, particularmente las finanzas públicas. Sin duda, será prioritario el desarrollo de una política social agresiva: hay planes muy concretos en materia de viviendas y generación de empleos.
–En referencia a esto último, ¿que tratarán de hacer?
–El país ha atravesado por una grave crisis económica y social las últimas dos décadas; tenemos un déficit enorme en relación al tema de viviendas y pensamos que la promoción de las mismas puede ser un elemento de generación de empleo. El objetivo es lograr niveles de financiamiento accesibles para los sectores populares.
–¿Cómo bajarán el alto nivel de pobreza, del 79 por ciento?
–Uno de los pilares de la política social será mejorar la capacidad adquisitiva de los ecuatorianos. El proceso de dolarización y la propia crisis han impactado severamente en gran parte de la población del país. Estamos pensando en incrementar los salarios y establecer los mecanismos de racionalización de toda la política salarial y, desde esa perspectiva, también mejorar la demanda como un factor clave de reactivación económica. –¿Cómo combatirán la corrupción?
–La expectativa principal es constituir lo que llamaríamos un cuarto poder ético-moral a través de un mecanismo constitucional que permita que tengamos una instancia con capacidad de vigilar toda la legislación: fortalecer la superintendencia, la procuraduría; transparentar todos los contratos públicos y endurecer los mecanismos de penalización.
–¿Cuál es el plan económico?
–Primero, recuperar una perspectiva fuerte en términos de alentar la producción. Es necesario recomponer los mecanismos de control y vigilancia del sistema financiero para evitar nuevas crisis y fraudes. Vamos a establecer algunas medidas que tiendan a disminuir las tasas de interés: pese a ser una economía dolarizada tenemos tasas que a veces bordean el 18 o 20 por ciento, que son imposibles para el fomento de la producción. La idea es buscar mecanismos para bajar tasas de interés, disminuir la diferencia entre tasas activas y pasivas y un conjunto de medidas orientadas a modificar la arquitectura del sistema financiero. Y fortalecer la capacidad de recaudación de impuestos en relación a las grandes empresas.
–¿Cómo atraerán las inversiones extranjeras?
–Debemos sobre todo estimular aquella inversión extranjera directa que sea una inversión generadora de empleo y capaz de transferir tecnología. La experiencia de Argentina demuestra lo grave que puede ser para un país construir expectativas sobre la base de capitales que no existen. Vemos con cierto optimismo el hecho de que ya en otros países hay ciertos mecanismos de discriminación del capital productivo. A través de un elemento básico, la seguridad jurídica, y de políticas de incremento de las demandas, de mejoramiento de la capacidad adquisitiva, generar condiciones para incrementar inversión extranjera directa que genere empleo y transferencia tecnológica.
–¿Qué lugar tendrá la comunidad aborigen?
–Un lugar muy importante. Los pueblos indígenas han cumplido un papel determinante en la jornada electoral. Esta es la tercera elección nacional en que participa el movimiento Pachakutik, que ha venido en un proceso progresivo de crecimiento. De hecho, ya gobierna sobre 30 municipalidades del total de 200. Esto se verá reflejado no sólo en la composición del gabinete, sino fundamentalmente en el tipo de programa que desarrolle el gobierno. Los movimientos indígenas cumplirán un papel de guardianes, movilizadores y críticos del próximo gobierno.
–Con respecto a ALCA, ¿existen divergencias entre los indígenas y Gutiérrez?
–La CONAIE y los sectores sociales participaron activamente y en jornadas de movilización con respecto al ALCA. La posición de Gutiérrez ha planteado que en principio la idea de libre comercio es interesante; no obstante, las condiciones concretas que le supondrían al Ecuador son un suicidio económico. Por tanto, es necesario establecer una política de negociación, pero reconocer que para el gobierno es menester precautelar los intereses de los productores nacionales y consumidores nacionales.
–¿Y la dolarización?
–Hay varios elementos: la salida de la dolarización no sólo es un problema ideológico, el problema fundamental es que cada vez hay más sectores que pierden competitividad, pero tampoco es conveniente cualquier forma ni momento de salida. En principio vamos a tratar de estabilizar la economía en las condiciones actuales.
–¿Cuál va a ser la relación con Colombia?
–La idea frente al conflicto de Colombia y la región es recuperar una posición más protagónica y activa en el marco de una solución negociada, con países garantes y estimuladores de esa posibilidad.
–¿Habrá alguna condición a EE.UU. para el uso de la base militar de Manta?
–Gutiérrez va a respetar el compromiso previo, pero es contrario a negociar una mayor implicación.
–¿Cómo sería la relación con Brasil?
–Será una relación muy estrecha. Prevemos la posibilidad de que haya una presencia importante en términos de inversión pública y privada de Brasil en el caso ecuatoriano, de dinamizar los intercambios comerciales.
–¿Y con Perú, históricamente enfrentado?
–Está en un buen momento, se dinamizó mucho el intercambio comercial entre ambos países; es necesario potenciar una frontera tanto por el lado ecuatoriano y como del peruano en los márgenes de un buen momento de paz.
–¿Cuál será el trato con los gobiernos de Cuba y Venezuela?
–Desafortunadamente la campaña estuvo marcada por alusiones a Chávez. Las relaciones con ambos serán, como fueron históricamente, muy buenas. Incluso gobiernos de derecha en Ecuador las han tenido con Cuba. Hay proyectos binacionales como de la educación, tecnológica. Es clave con la perspectiva de fortalecer la comunidad andina de naciones.