EL MUNDO › EL GESTO ERA RECLAMADO POR LOS MILITANTES DEL FRENTE AMPLIO

El abrazo de Tabaré y Mujica acapara los flashes

El puerto de Montevideo fue ayer el escenario perfecto para lanzar un gesto de unidad entre los dos pesos pesado del Frente Amplio (FA) uruguayo, el presidente Tabaré Vázquez y el senador y candidato presidencial del partido, José “Pepe” Mujica. La llegada al Uruguay del buque escuela de la Armada tras su vuelta al mundo sirvió de ocasión: de pie sobre el muelle y haciéndoles gestos a las cámaras para que capturaran el momento, Vázquez se fundió con Mujica en un abrazo. El buque repleto de marinos entraba al puerto y hacía sonar su sirena. Hubo sonrisas, cánticos políticos y aplausos generales. El gesto, desde hacía algunos días, era reclamado por los militantes del oficialismo. A menos de una semana de las elecciones generales, Mujica se metió de lleno en la recta final de la campaña de la mano del abrazo presidencial.

El encuentro entre los dos hombres, claro, no fue casual. El abrazo tampoco. Su objetivo, según la prensa uruguaya, fue demostrar el fin de cualquier diferencia entre ambos. Hacía algunas semanas, tras la publicación de un libro de entrevistas de Mujica con la prensa, hubo chispas entre Mujica y Tabaré. En algunos pasajes de su libro Pepe, coloquios, el ex tupamaro había dicho algunas cosas sobre los argentinos que no cayeron muy bien al otro lado del Río de la Plata.

Entre otras declaraciones, el candidato del oficialista FA había señalado que “... este gobierno (por el de Néstor Kirchner) es de lo mejor que han tenido como gobierno de izquierda. Ahora son peronistas, patoteros. Dios me libre”, o bien, “... los radicales son buenos tipos, pero son unos nabos...” y “el país (por Argentina) en general tiene reacciones de histérico”.

Cuando se conocieron sus palabras, Mujica se justificó: “Todos somos malos con el mundo en privado y en confianza”. Sin embargo, desde Washington, la descalificación del jefe de Estado fue contundente: “Los dichos del Pepe son simplemente estupideces”, había sentenciado Vázquez.

Desde esa reacción presidencial a fines de septiembre, los dos hombres no se habían vuelto a mostrar en público. Menos aún en un acto de campaña. Estricta en materia electoral, la ley uruguaya impide que el presidente en funciones se inmiscuya de modo alguno para demostrar su simpatía por alguno de los candidatos. Por eso, hace algunos días, Vázquez había declarado en público: “Con el Pepe nos podemos encontrar en cualquier momento. No hace falta una cita formal”.

El encuentro casual de ayer en el puerto, entonces, fue la ocasión perfecta. Vázquez debía asistir a la llegada del buque “Capitán Miranda” porque así lo manda el protocolo. Mujica, por su parte, fue como ciudadano y, claro, como candidato. El mandatario llegó cuando la embarcación ya había tocado tierra. El candidato ya estaba ahí esperándolo. Vázquez saludó a unos, saludó a otros y finalmente llegó a Mujica. Los dos hombres sonrieron y el gesto se produjo.

De inmediato, la ceremonia continuó. Al retirarse, el presidente uruguayo volvió a saludar a su candidato. Mujica, a su turno, se fue sin hacer declaraciones.

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