Miércoles, 11 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › TODOS COINCIDIERON EN ELOGIAR LA FIGURA DEL PRESIDENTE BRASILEñO LULA
A poco más de 30 días para la elección presidencial en Chile, la campaña entró en su tramo final. El objetivo es el Palacio de La Moneda y, para llegar a él, los cuatro candidatos se trenzaron en un debate televisado que no excluyó temas y tuvo varios duelos personales. Al final, el diagnóstico fue común: tanto el empresario multimillonario y candidato de la derecha, Sebastián Piñera; el ex mandatario y candidato del oficialismo, Eduardo Frei; el independiente Marco Enríquez-Ominami y el comunista Jorge Arrate se consideraron vencedores.
La Universidad Católica puso el canal y los candidatos marcaron sus diferencias a lo largo de casi 140 minutos de debate, el más largo de los últimos 20 años. Consultados sobre un líder modelo de la región sudamericana, Luiz Inácio Lula da Silva fue la figura más citada. Por el contrario, la propia presidenta chilena, Michelle Bachelet, no fue ni mencionada, a pesar de contar con un pico de popularidad superior al 80 por ciento.
Salvo Arrate, que prefirió elogiar a los mandatarios de Bolivia y Ecuador, Evo Morales y Rafael Correa, el brasileño fue punto de encuentro. “No tengo modelos ni paradigmas, pero si tuviera que elegir a uno que realiza importantes políticas sería Lula, ya que ha tenido una gran sensibilidad para las grandes materias mundiales”, afirmó el democristiano Frei. “Aprecio a Uribe” (Alvaro, presidente de Colombia), confesó Piñera, “...pero lo mejor es Lula, ya que ha sido un presidente muy exitoso, un líder sindical que cuando asumió el gobierno respetó el emprendimiento y el equilibrio macroeconómico”, estimó el dueño de LanChile. “Lula –sentenció, a su turno, Enríquez-Ominami, y disparó contra Uribe–; lidera un proyecto que no ha sido bueno para Latinoamérica, como por ejemplo con la instalación de bases militares estadounidenses en su país”, cargó el ex miembro de la Concertación.
La demanda de Bolivia por una salida al mar también mostró diferencias. Mientras que Frei habló de fortalecer vínculos con La Paz y Enríquez-Ominami resaltó la necesidad de lograr una mayor integración con el país vecino, Piñera y Arrate tomaron posturas bien definidas. “Hay que facilitar la salida para Bolivia por los puertos, fomentar los corredores biocéanicos, pero Chile no tiene que ceder en algo que es propio. No voy a caer en la tentación de ceder territorio”, enfatizó Piñera. La postura de Arrate fue aún más lejos. “Quiero ir de frente y derecho: soy partidario de resolver la mediterraneidad de Bolivia con salida soberana al mar. Es un error estratégico enclaustrar a Bolivia”, dejó en claro el candidato de izquierda.
Sobre el final, dos duelos personales coparon el set. Y tanto Frei como Enríquez-Ominami apuntaron contra Piñera. El primero lo acusó por mezclar política y negocios. “Yo nunca he sido procesado, nunca he estado en tribunales”, precisó el oficialista. “Usted tiene como su asesor en política exterior a José María Aznar, que es el que arrastró a España a la guerra más cruel, la de Irak”, cargó el segundo. Piñera, a su turno, contraatacó. A Frei lo acusó de “negociados” durante su presidencia y a Ominami lo tachó de inmaduro.
El efecto de los embates a largo de la campaña y las posibilidades de cada candidato están por conocerse. Hoy, en Chile, se publica la encuesta del Centro de Estudios Públicos, reputada como infalible por la certeza de sus pronósticos en las últimas elecciones.
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