Miércoles, 11 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL JEFE DEL FBI, ROBERT MUELLER, YA ORDENó UNA INVESTIGACIóN INTERNA SOBRE LO QUE SE SABíA DEL ATACANTE
El FBI y la inteligencia militar interceptaron más de una docena de correos electrónicos entre Nidal Malik Hassan y el clérigo musulmán radical considerado simpatizante –si no “reclutador”– de la red terrorista.
Por David Usborne *
Mientras el presidente Barack Obama llegaba ayer a Fort Hood para participar en una ceremonia religiosa por las víctimas de la matanza de doce soldados y un civil dentro de la base, surgían más preguntas sobre cuánto se sabía ya del sospechoso Nidal Malik Hassan, antes del ataque del jueves pasado.
El jefe del FBI, Robert Mueller, ya ordenó una investigación interna sobre si la información que esa agencia había recibido sobre Hassan –incluyendo detalles de correo electrónico que le fuera enviado por un clérigo musulmán de Yemen– había sido mal manejada. Una posterior investigación de Hasan y su relación con Anwar al Awlaki fue abandonada después de que los agentes decidieron que Hassan no representaba una amenaza.
El FBI y la inteligencia militar interceptaron más de una docena de correos electrónicos entre Hasan y el clérigo musulmán radical, considerado simpatizante –si no “reclutador”– de Al Qaida.
Una presentación dada por Hassan mientras estaba haciendo una residencia en psiquiatría en el hospital Walter Reed en Washington DC, hace un año, también parece ofrecer pautas de la confusión que estaba experimentando. La charla, de la que The Washington Post obtuvo una copia, se enfocaba en los supuestos dilemas que los musulmanes enfrentarían en las fuerzas de Estados Unidos si se les decía que debían luchar contra compañeros musulmanes. “Cada vez es más difícil para los musulmanes en servicio justificar moralmente el estar en el ejército que parece estar constantemente luchando contra musulmanes”, dijo. Una diapositiva que tenía por título “Comentarios” ofrecía: “Si grupos musulmanes pueden convencer a los musulmanes que están luchando por Dios contra las injusticias de los ‘infieles’, ej. enemigos del Islam, cuando los musulmanes se pueden convertir en un potente adversario ej. terroristas suicidas, etcétera”.
El centro de la ceremonia de ayer eran los 13 que murieron cuando Hasan disparó dentro de un establecimiento de Fort Hood, la mayor base militar en el mundo, y las 30 personas que resultaron heridas en el caos. El presidente, acompañado por su mujer, Michelle, llegó a Killeen al mediodía. Visitaron en forma privada a las familias de aquellos muertos en el ataque e inmediatamente después se reunieron con algunos de los heridos y sus familias. Como comandante en Jefe de las fuerzas armadas, Obama tuvo la difícil tarea de intentar suavizar el impacto y el dolor sentido no sólo por la comunidad militar en y alrededor de Fort Hood, sino con todos los conectados con las fuerzas armadas, incluyendo aquellos estacionados en Irak y Afganistán. Los disparos del jueves pasado se convirtieron en la mayor tragedia nacional que el presidente debe confrontar desde que asumió.
“Nos reunimos llenos de dolor por los trece estadounidenses que hemos perdido; con gratitud por la vida que llevaron, y con la determinación de honrarlos a través de nuestro trabajo”, dijo el presidente. “Esta es una época de guerra”, continuó Obama. “Sin embargo, estos estadounidenses no murieron en un campo de batalla en el exterior. Murieron aquí, sobre suelo norteamericano, en el corazón de esta gran comunidad estadounidense. Esto es lo que hace que esta tragedia sea más dolorosa y más incomprensible.”
Se decía que Hassan estaba consciente y hablando ayer en un hospital en San Antonio. El lunes, había tenido una breve reunión con el coronel retirado John Galligan, que ha sido contratado por la familia del sospechoso para representarlo en lo que será un juicio militar y no civil.
El comandante de Fort Hood, general Robert Cone, declaró en conferencia de prensa: “Yo creo que esto fue un incidente aislado”, lo que hace suponer que no hay pruebas de que Hassan fuera parte de un complot.
Anwar al Awlaki fue liberado de una prisión en Yemen el año pasado y escribe un blog donde regularmente denuncia a Estados Unidos. Antes de abandonar Estados Unidos era el imán de una mezquita en Virginia, a la que asistía su familia.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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