EL MUNDO
Adiós Irak, se viene la guerra nuclear norcoreana
Corea del Norte anunció ayer la reactivación de un programa nuclear que le posibilitará producir plutonio para bombas nucleares. La administración Bush, que quiere concentrar toda la atención en Irak, reaccionó al anuncio con una mezcla de mesura y fastidio.
Por Suzanne Goldenberg y Jonathan Watts
Desde Washington y Seúl
Corea del Norte fue urgida ayer a replegarse de generar una gran crisis nuclear y a retractarse de su amenaza de reiniciar un programa nuclear que estuvo congelado por ocho años. El anuncio por Pyongyang ayer de que iba a reactivar una vieja planta nuclear de construcción soviética, abandonada desde 1994, fue visto en Washington y otras capitales como una fuerte escalada en la confrontación alrededor del programa clandestino de armas nucleares de Corea del Norte.
“Las declaraciones de Corea del Norte son lamentables –dijo el vocero Ari Fleischer–. El anuncio desafió el consenso internacional que existe sobre las obligaciones de Corea del Norte: su régimen debe cumplir con todos sus compromisos, especialmente desmantelar su programa de armas nucleares.” La relativa mesura de las declaraciones de Fleischer sugieren que Washington observa con cautela la escalada de su confrontación nuclear con Corea del Norte, justo cuando quisiera concentrar la atención de todos en un posible ataque a Irak. Fleischer dijo ayer que EE.UU. estaba comprometido con la búsqueda de una solución diplomática, pero la declaración sorprendió a Corea del Sur, que había esperado de su vecina, desesperada por ayuda alimentaria, una posición más conciliatoria. En Seúl, el presidente Kim Dae Jung se reunió de emergencia con el Consejo de Seguridad Nacional. Pero el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, dijo que el anuncio de Pyongyang podía ser un truco para negociar, una torpe jugada para ganar ayuda. “Si leen cuidadosamente el anuncio de Corea del Norte, verán que su posición a favor de una solución pacífica a la disputa sobre las entregas de combustible de EE.UU. no ha cambiado”, dijo Koizumi.
Los expertos en energía nuclear dicen que a Pyongyang le llevará dos meses reactivar el reactor y notaron que Corea del Norte no ha dicho nada sobre descongelar otros elementos de su apolillado programa nuclear. De todas maneras, el significado del anuncio de ayer no puede ignorarse. Una vez que el reactor empiece a funcionar, Corea puede comenzar a producir armas con combustible de plutonio. “Encendieron el botón para volver a fabricar plutonio –dijo Joseph Cirincione, director del proyecto de no proliferación de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional–. A menos que Estados Unidos y Corea del Norte lleguen a un nuevo acuerdo, estimamos que Corea del norte podría, en un par de años, producir material suficiente como para fabricar cuatro o cinco bombas por año.”
Las razones alegadas por Pyongyang sugiere que actuó independientemente del drama de esta semana en el Mar Arábigo, cuando barcos de EE.UU. y España interceptaron –y luego dejaron ir– a un buque norcoreano que llevaba misiles a Yemen. En cambio, Pyongyang dijo que se veía forzado a reactivar el reactor luego de que el consorcio conformado por Estados Unidos, Seúl, Japón y la Unión Europea suspendiera los envíos de 500.000 toneladas mensuales de combustible para calefacción. La suspensión se debió a que Corea del Norte admitió que estaba desarrollando un programa de enriquecimiento de uranio. Los envíos de combustible eran un elemento clave en el tratado que se firmó en 1994, donde Corea del Norte se comprometió a abandonar sus reactores y a parar su programa de armas nucleares. El anuncio de ayer pareció un reproche hacia Washington y sus aliados por incumplir su parte del pacto. Esto no despertó compasión en Washington ni en Europa. “Los futuros envíos de combustible dependerán de las acciones concretas y verificables de Corea del Norte para desmantelar completamente sus programas de enriquecimiento de uranio”, declaró ayer Emma Udwin, vocera de Chris Patten, el comisionado de asuntos exteriores.
Traducción: Milagros Belgrano.