EL MUNDO
Indios en pie de guerra contra las tropas de Bush
Es difícil que ganen, pero los diputados indígenas del MAS boliviano intentarán impedir la entrada de 350 soldados en “misión humanitaria”.
La oposición boliviana, liderada por el indígena socialista Evo Morales, se ha puesto en pie de guerra contra la entrada de un contingente militar de Estados Unidos. Según Morales, los militares llegarán a Bolivia “para exterminar a los indígenas, especialmente a los cocaleros”. La precaria mayoría oficialista de la Cámara de Diputados boliviana tratará hoy de aprobar, por pedido del presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada, el ingreso de los militares.
El contingente de 350 efectivos, entre soldados, oficiales y asesores, pertenece al programa binacional Nuevos Horizontes 2003. Según la versión oficial, planea practicar ejercicios castrenses con el ejército boliviano y brindar asistencia médica a 10 pueblos carenciados del Chaco boliviano, en la frontera con Paraguay y Argentina. Además, según el ministro de Defensa boliviano, Freddy Teodovic, construirá cuatro escuelas, mingitorios y pozos de agua a un costo de 15 millones de dólares. Pero Morales no se dejó convencer. “Hasta el más tonto se da cuenta del objetivo solapado de esta operación –denunció–. Que no vengan a decirme que 350 militares llegan sólo para construir tres escuelas y dos pozos y que van a gastar 15 millones de dólares con fines humanitarios. Si realmente quieren ayudar, que entreguen el dinero a una organización no gubernamental, que con esa plata podemos hacer miles de escuelas”, protestó el líder de los productores de coca del Chapare.
El diputado socialista Filemón Escobar recordó el informe Santa Fe II, elaborado en tiempos del gobierno de George Bush padre a principios de los ‘90, “que dice que los movimientos indígenas son la nueva amenaza continental”, declaró. Según el legislador, Estados Unidos considera a Morales y al resto de los indígenas terroristas contrarios a sus intereses de dominación. Mientras, el activista campesino Felipe Morales, que preside un bloque de seis diputados del Movimiento Indígena Pachacuti, acusó a los militares estadounidenses de venir a “masacrar a los indígenas, a los que nos oponemos al modelo neoliberal”.
El líder del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de los cultivadores de coca, denunció también que el contingente quiere enterrar basura nuclear en el sur boliviano. “Estados Unidos nos declaró una guerra, porque considera terroristas a los indígenas. Antes, el objetivo eran los comunistas. Ahora lo somos nosotros”, acusó Evo Morales. Su partido denunció, además, que los militares estadounidenses también planean asesinar al líder indígena. Según el diputado Escobar, el ex embajador de Estados Unidos en Bolivia, Manuel Rocha, había ordenado a las Fuerzas Armadas bolivianas matar a Morales antes de las elecciones del 30 de junio de este año. “Por respeto a quien nos ha brindado la información no voy a dar su nombre”, dijo el diputado socialista al declarar que un general del ejército boliviano le confirmó hace poco que el ex embajador estadounidense quería evitar que el MAS se convirtiera en una fuerza política. El líder indígena era candidato a presidente y perdió contra Lozada en segunda vuelta electoral. Escobar añadió que como el presidente Bush acaba de ordenar que la CIA asesine a los enemigos de Estados Unidos, “en cualquier momento el compañero Evo Morales puede ser una víctima”, denunció. Pero el dirigente cocalero aseguró que no tiene miedo a las amenazas. “Si nos pasa algo, vamos a ser un símbolo de la lucha por los derechos de las clases más pobres de nuestro país, un ejemplo para que las próximas generaciones continúen la lucha que hemos iniciado”, afirmó Morales.
Pero la pelea por la entrada de los militares se decidirá hoy en el Congreso, donde la oposición indígena sólo tiene 41 de las 157 bancas. Podría verse favorecida con el voto de un diputado del Partido Socialista y los de 27 diputados de la populista de derecha Nueva Fuerza Republicana. Pero el oficialismo goza de una delgada mayoría, con 47 bancas del Movimiento Nacionalista Revolucionario, del presidente Sánchez Lozada. Además, tiene 31 votos del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, del ex presidente Jaime Paz, y seguramente contará con 10 más de diputados conservadores y populistas.