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Desde Los Angeles

El pueblo de Haití dejó de prepararse para la inminente temporada de huracanes ayer para recibir a una visitante sorpresa cuando Michelle Obama (foto) comenzó su primer viaje al exterior sola con una gira por la muy dañada capital del país. La primera dama fue llevada en un helicóptero del ejército de Estados Unidos para tener una vista panorámica de Port-au-Prince, donde 1,3 millón quedó sin hogar y 200.000 fueron muertos por un terremoto hace tres meses. “Es impactante, la devastación es definitivamente impactante”, les dijo a los periodistas cuando le preguntaron por sus primeras impresiones.

Aterrizó en la tierra del parcialmente colapsado Palacio Nacional, en el centro de la ciudad, ubicado cerca de parques donde la gente todavía está viviendo en carpas y bajo lonas. La recibieron el líder de Haití, René Préval, y la primera dama Elizabeth. Más tarde, Michelle y su compañera de viaje, la mujer del vicepresidente Joe Biden, Jill, visitaron un centro para los niños víctimas del terremoto. La Casa Blanca dijo que esperaba que la visita “pusiera de relieve al pueblo y al gobierno haitiano, el duradero compromiso de Estados Unidos en ayudar a Haití a recuperarse y reconstruir, especialmente ya que entramos en las temporadas de lluvias y huracanes”.

También esperan que el viaje ponga paños fríos a las críticas de algunos haitianos sobre el hecho de que Barack Obama no visitó el país. Aunque Estados Unidos tiene unas 13.000 tropas estacionadas ahí y es considerado esencial en el esfuerzo de reconstrucción, el presidente no encontró el tiempo necesario para ver por sí mismo a Port-au-Prince.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère.