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El primer ministro chino, Wen Jiabao, pidió a las dos Coreas que pongan fin a la tensión que existe en la península desde que se vinculara a Corea del Norte con el hundimiento de un buque surcoreano.

Tras una reunión con el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, y su par japonés, Yukio Hatoyama, el mandatario chino pidió que se dieran los pasos necesarios para frenar la escalada diplomática de las últimas semanas. Wen Jiabao afirmó que como país responsable, China tomaba nota de las investigaciones que vinculan a Norcorea con el hundimiento del barco, ocurrido a fines de marzo y que terminó con 46 tripulantes muertos. “Debemos hacer todo lo posible para fomentar la paz y la estabilidad en la región del norte de Asia”, sostuvo pero no corroboró las versiones de que la república popular pensaba sumarse a la embestida contra Pyongyang.

Seúl quiere llevar la cuestión al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para endurecer las sanciones contra su vecino comunista. Está descontado el apoyo de Estados Unidos pero para prosperar esa iniciativa requiere el aval de China, otro de los cinco miembros con poder de veto. Por su parte, Japón exigió las disculpas de Corea del Norte antes de reiniciar las suspendidas conversaciones acerca de su programa nuclear. Ayer el jefe de Estado Mayor de los Estados Unidos, Mike Mullen, expresó su preocupación por posibles provocaciones de Norcorea y dijo que tras el ataque que se le adjudica al régimen comunista al barco Cheonan, la estabilidad en la región es “más frágil”.

En Corea del Norte, cien mil personas poblaron las calles de la capital para negar sus vínculos con ese ataque. El secretario del Comité del Partido de los Trabajadores, Choe Yong-Rim, pidió a los manifestantes que se preparasen para hacer frente a un ataque de Corea del Sur y de su aliado, Estados Unidos, ya que la península está “al borde de la guerra”.