Viernes, 13 de agosto de 2010 | Hoy
EL MUNDO › UN COCHE BOMBA ESTALLO FRENTE A RADIO CARACOL, DEJANDO SIETE HERIDOS Y DAÑOS MATERIALES
La agencia de Inteligencia colombiana indicó que los responsables podrían ser comandos guerrilleros, pero también hay quienes suponen que podría haber sectores de derecha implicados, dado que Santos habló de dialogar con las FARC.
Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Medellín
A punto de asomarse los rayos del sol, la capital despertó estruendosamente. En el cruce de las calles 7 con 66, la explosión de un coche bomba sacudió a los vecinos de 60 manzanas. Por la radio, el país despertó con la noticia del acto terrorista en la voz de los periodistas de Caracol, testigos y víctimas del estallido. La cadena radial, se dijo al principio, fue el blanco del atentado que dejó siete heridos, cuantiosos daños materiales y el repudio local e internacional por la violencia. La agencia de Inteligencia del Palacio de Nariño indicó que los responsables podrían ser comandos guerrilleros, pero también hay quienes suponen que sectores de derecha estarían implicados en la bomba por su supuesto desacuerdo con la posibilidad de diálogo con las FARC, anunciada por Juan Manuel Santos el sábado durante su asunción como presidente.
Una alfombra de vidrios, un cajero de banco en fuego, pedazos de un paradero de bus y edificios destrozados fue el paisaje que encontró Gabriel López al llegar a su oficina. Con la explosión, el redactor de la agencia EFE saltó de la cama. Su celular marcaba las 5.27 am. “Empecé a escuchar la lluvia de vidrios y salí a ver lo que pasaba”, relató López a Página/12. Junto con los estudios de Caracol, están las sedes de importantes bancos y la agencia de noticias internacional. “Me impactó que cuando llegué ya estaban los bomberos, la policía. La reacción fue rapidísima y el informe sobre los heridos también”, cuenta el periodista. A esa hora, Darío Arizmendi, el director informativo de Caracol, contaba en vivo cómo se desmoronaba el techo de sus estudios.
“Que no se cobraron vidas, digo gracias a mi Dios. A pesar del atentado no apagaremos la voz”, cantaban en la misma estación de radio al final del día, al mismo tiempo que frente a sus oficinas se realizó una manifestación de rechazo al atentado congregada en el sitio de la explosión, la séptima con la calle 66. “Aquí hay dos gimnasios muy concurridos a esa hora, un colegio abriendo puertas, muchas oficinas, gente que empieza la jornada a las cinco de la mañana. Aun cuando el atentado haya sido dirigido contra Arizmendi, parece que fue planeado sin medir consecuencias. Los daños colaterales podrían ser enormes”, le explica Gabriel López a este diario.
Cincuenta kilos de nitrato de amonio más polvo de aluminio fue la carga explosiva detonada, según sospechan las autoridades, a través de un teléfono móvil en un coche Swift de 1994 robado en julio pasado. Estrenando presidencia, Santos llegó al lugar del atentado apenas el sol se posó por completo en la llana capital. Lo primero, siguiendo la línea de mano dura de su antecesor Alvaro Uribe, fue calificar de terroristas a los responsables. “No nos vamos a asustar, a intimidar. No vamos a caer en esta trampa”, advirtió el jefe de Estado en compañía de sus ministros de Defensa y del Interior. Según Santos, el acto pretendía generar “terror y zozobra”, pero aconsejó volver a la calma. “Mi mensaje a los bogotanos es: tranquilos, aquí estamos, sigamos con nuestra vida normal, porque lo que ellos quieren es generar miedo.” López, quien revivió las escenas de pánico por el estallido de una bomba en Cali con el coche de ayer, opina que frente a este tipo de actos “ya el colombiano perdió el miedo”. “Esto lo que hace es legitimar las acciones del Estado en contra de los autores. Si fue la guerrilla, obviamente lo hizo como única opción que tiene para llamar la atención”, según opinó el redactor de EFE. “La prueba es que la gente acude en masa a la escena del hecho”, concluye López.
250 casas y oficinas, y ocho vehículos resultaron afectados en el atentado que rechazó la comunidad internacional. “El pueblo y el gobierno venezolanos repudian de la manera más enérgica este acto terrorista dirigido contra el hermano pueblo de Colombia y contra su ferviente deseo de vivir en paz”, según un comunicado de la Cancillería de Venezuela. El presidente Hugo Chávez dijo que hace votos “por el pronto esclarecimiento de estos lamentables hechos”. En el Palacio de Liévano, las autoridades locales se reunieron en consejo de seguridad presididos por el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno. Al fin, se determinó un “Plan Candado” para garantizar la seguridad en la capital. Operativos policiales permanentes, control a la entrada y salida de la ciudad y el nombramiento de un fiscal especializado en investigar el crimen de ayer fueron las determinaciones de Moreno y su equipo.
“No se puede bajar la guardia en seguridad democrática”, fue la conclusión del presidente Santos al culminar su recorrida por los estudios de Caracol, donde todas las vidrieras resultaron destrozadas, así como algunos enseres. El periodista Arizmendi se retiró de las oficinas al terminar su relato en vivo por temores a que, como indicó Felipe Muñoz, director del Das, los autores sean los insurgentes que lo amenazaron recientemente obligándolo a salir del país. Según Muñoz, Germán Briceño, alias Grannobles, cabecilla del frente 10 de las FARC, es el encargado de organizar este tipo de atentados y estaría detrás del coche bomba de ayer. Retaliaciones contra Santos por su política de continuar la lucha contra las guerrillas y el terrorismo es otra de las razones con que se especula.
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