Dilma Rousseff ya tiene el equipo listo para largar el próximo 1o de enero al frente del Palacio del Planalto. La presidenta electa de Brasil designó ayer a los dos últimos ministros que le faltaban. La economista nombró al diputado Afonso Florence al frente de la cartera de Desarrollo Agrario y a la diputada Iriny Lopes para conducir la Secretaría de Política para las Mujeres, que tiene rango ministerial. Con la incorporación de Lopes, ya suman nueve las mujeres que integrarán el gabinete de la delfín del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Los últimos dos miembros del equipo ministerial que acompañarán a Rousseff fueron anunciados ayer e integran las filas del oficialista Partido de los Trabajadores (PT). Rousseff les pidió que cumplieran con el programa de desarrollo con distribución de la renta. La fuerza comandada por Lula tendrá 17 de los 37 ministerios y, por ende, será el partido con más peso en el Palacio del Planalto.

Afonso Bandeira Florence, que se encargará de los asuntos vinculados al desarrollo agrario, es un historiador de 50 años, que tiene una historia de militancia sindical y que ofició como asesor de la bancada del PT en el Congreso brasileño. En las últimas elecciones, logró un escaño como diputado federal.

Iriny Lopes, de 54 años, se inició en la militancia política en los años ’70, cuando participó de grupos de defensa del medio ambiente. Por esa época, fundó una cooperativa de ingenieros para hacer frente al creciente desempleo que afectaba a ese sector. la actual diputada participó en la conformación del PT e integra el ala más progresista de esa fuerza política. Durante su trabajo parlamentario, integró la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de la Cámara de Diputados.

Además de las últimas carteras, el PT también atesorará desde el 1o de enero los principales ministerios del área económica y política del gigante del sur. El ex ministro de Hacienda de Lula y uno de los coordinadores de la campaña electoral de Rousseff, Antonio Palocci, será el titular del estratégico Ministerio de la Presidencia, que controla todos los resortes del poder político y del que la misma presidenta electa estuvo a cargo durante la administración de su predecesor.

La cartera de Hacienda seguirá en manos de Guido Mantega, uno de los hombres de confianza del actual mandatario. También quedarán bajo la órbita del partido oficialista la Secretaría de la Presidencia, dirigida por Gilberto Carvalho, y de Comunicaciones, liderada por Paulo Bernardo Silva. Asimismo, el PT se adueñó de las carteras de Ciencia y Tecnología; Justicia; Desarrollo, Industria y Comercio Exterior; Planificación, Pesca, Derechos Humanos, Educación, Salud, Igualdad Racial, Desarrollo Social, Relaciones Institucionales, Políticas para Mujeres y Desarrollo Agrario.

La segunda formación en importancia en el gobierno será el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente electo, Michel Temer. El partido de centroderecha será responsable de los ministerios de Turismo, Minas y Energía, Agricultura, Previsión Social, Asuntos Estratégicos y Defensa.

El gabinete no sólo será mayoritariamente petista, sino que también tendrá más rostro de mujer. Rousseff ya había anunciado su intención de aumentar el número de mujeres en su equipo. Por eso, designó a nueve ministras, seis más de las que actualmente tiene Lula. Además de la Secretaría de Políticas para las Mujeres, la economista dejará en manos femeninas los ministerios de Pesca, Derechos Humanos, Igualdad Racial, Medio Ambiente y Cultura. Miriam Belchior tendrá que comandar, nada más y nada menos, que la cartera de Planificación, desde donde se manejan los mayores recursos. La economista Tereza Campelo será la responsable de Desarrollo Social y por ello deberá llevar adelante el programa Bolsa Familia, uno de los bastiones de la política social de Lula. Mientras que la periodista Helena Chagas se hará cargo de la Secretaría de Comunicación Social, desde donde tendrá que impulsar una nueva ley de medios.

En tanto, Lula volvió a elogiar a la futura jefa del Palacio del Planalto. “Creo que el pueblo brasileño, al elegir a Dilma, homenajeó a las mujeres brasileñas, pero más que ello, homenajeó al pueblo gaúcho. Nosotros conocemos la combatividad de este pueblo”, dijo ayer el presidente saliente en referencia a los brasileños del estado de Rio Grande do Sul, y aprovechó para comparar el empuje de Rousseff con el de los ex presidentes Getulio Vargas y Joao Goulart.