EL MUNDO › EL EX MANDATARIO ISRAELI MOSHE KATSAV FUE CONDENADO POR VIOLAR A UNA EMPLEADA

Un presidente culpable de violación

En un fallo que fue destacado como ejemplar por el premier israelí, un ex presidente de ese país fue condenado por dos delitos sexuales cometidos cuando ejercía altos cargos, y también fue acusado de presentar pruebas adulteradas ante el tribunal.

 Por Donald Macintyre *

Desde Jerusalén

Katsav, en el centro de la imagen, abandonando el tribunal tras oír la sentencia.
Imagen: EFE.

Moshe Katsav, un ex presidente de Israel, fue condenado ayer por dos cargos de violación a una empleada mientras era un ministro del gabinete en un caso que escandalizó al país pero es visto como un hito victorioso por los grupos de mujeres. Katsav, de 65 años, se enfrenta a una posible sentencia de prisión de entre cuatro y 15 años después de ser encontrado culpable de los cargos de violación y acoso sexual a un miembro femenino de su personal cuando era ministro de Turismo en 1998.

También fue condenado por acosar sexualmente a una empleada en su residencia oficial en Jerusalén mientras era presidente y de abusar sexualmente y acosar a otra en el mismo edificio y, en un cargo separado, de obstruir la Justicia.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que era un día triste para Israel y sus ciudadanos, pero añadió: “La corte envió un mensaje claro y agudo: que todos somos iguales y que cada mujer tiene plenos derechos sobre su cuerpo”.

Mientras él todavía puede apelar, el veredicto de ayer terminó con una notable saga de cuatro años que comenzó en 2006 cuando Katsav se quejó de que una empleada estaba tratando de extorsionarlo con historias de ataques sexuales. La mujer fue entonces a la policía y dio su versión de la historia, acusando al mandatario de reiterados asaltos sexuales e induciendo a otras ex empleadas de Katsav a realizar denuncias similares. Katsav renunció en 2007, justo antes de cumplir su séptimo año en funciones. Había negociado un acuerdo por el cual debía admitir cargos sexuales menores a cambio de dejar caer el cargo más serio de violación. Fue reemplazado en el puesto mayormente ceremonial de jefe de Estado por Shimon Peres, el ex primer ministro.

Pero en abril de 2009 hizo lo que ahora parece ser –desde su punto de vista– un error garrafal al revertir su decisión original, que le hubiera evitado la sentencia en la cárcel, y aclarado su nombre en la corte. Dio una conferencia de prensa histriónica en este momento, temblando de ira, gritándoles a los periodistas y sacudiendo un disco de computación que él decía que probaba su inocencia.

Una de las secciones más devastadoras del veredicto que dieron ayer los tres jueces en la corte de Tel Aviv –un hombre y dos mujeres– fue que el testimonio del acusado estaba “lleno de mentiras” y que Katsav, durante todo el tiempo, se había “lucido en manipulación y en retener información”. En especial, los jueces encontraron que se habían presentado a la corte grabaciones editadas, en las que se alteraban los contenidos de las conversaciones entre la víctima de violación –conocida en la corte como “A”– y un asistente de Katsav, supuestamente discutiendo la posibilidad de que ella regresara al trabajo con el acusado después del incidente. La defensa sostuvo que era improbable que ella hubiera sido violada.

Según el expediente que condujo al juicio, Katsav forzó al piso a la mujer en su oficina en el Ministerio de Turismo en 1998 y la violó. Más tarde ese año, la convocó al Plaza Hotel en Jerusalén, supuestamente para que le llevara unos papeles y luego la violó nuevamente sobre la cama de su habitación. El expediente decía que Katsav trataba de calmar a su víctima diciéndole: “Relajate, lo vas a disfrutar”.

Entre otros incidentes detallados en el expediente, para su cumpleaños de 60 en 2005, Katsav parece haber abrazado largamente a una asistente que fue a felicitarlo, oliéndole el cuello. Cuando se quejó a la policía, Katsav trató que persuadirla de que cambiara su testimonio.

Judío practicante de origen iraní, Katsav creció en una probreza relativa y en el pasado se describía a sí mismo como una figura para los judíos sefaradíes o aquellos con antecedentes en países musulmanes. Los judíos sefardíes eran considerados como oprimidos e ignorados durante las primeras tres décadas de Israel después de su creación ya que el Partido Laborista liderado por Azhkenazi dominaba la política israelí.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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