Sábado, 26 de febrero de 2011 | Hoy
EL MUNDO › WIKILEAKS SOBRE LAS RELACIONES DE ROMA Y TRíPOLI
Los norteamericanos seguían preocupados las buenas relaciones y el papel de “facilitador” de Berlusconi. El estilo de diplomacia directa del italiano, con bromas y complicidad.
Por Elena Llorente
Desde Roma
El diario opositor a Silvio Berlusconi, La Repubblica de Roma, y la revista semanal L’Espresso publicaron este viernes documentos provenientes de la embajada estadounidense en Italia obtenidos por Wikileaks y referidos a las relaciones complacientes entre el primer ministro italiano y los derrocados presidentes de Egipto y Túnez, y también con Muammar Khadafi. Los dos medios, que pertenecen a la misma editorial, compraron en exclusiva más de 4000 documentos a Wikileaks con los cables de la embajada de Estados Unidos en Roma de 2002 a 2010, y los están publicando periódicamente.
En general, el comentario de los estadounidenses es que Berlusconi cultiva sus relaciones con los “tiranos” del norte de Africa, en particular Hosni Mubarak de Egipto, Ben Alí de Túnez y Muammar Khadafi de Libia –dos de ellos derrocados recientemente y uno a punto de serlo–, pero a veces se mezclan los intereses personales.
Los documentos hacen referencia a un viaje de Berlusconi a Libia en 2002, en el que el primer ministro italiano destacó la “experiencia del dictador” y “las oportunidades que se creaban para los negocios”, dice un cable, dado que Italia tenía previsto aumentar la compra de petróleo y gas libios. Hasta ese momento, el 25 por ciento de los insumos energéticos de Italia provenían de aquel país. Hoy se habla de que el 25 por ciento del petróleo y el 10 del gas que llegan a Italia son libios.
En los cables también se destaca una pregunta del entonces embajador estadounidense en Roma a un representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia: “¿Pero es cierto que Berlusconi ofreció sus buenos oficios para actuar como mediador con Estados Unidos?”, preguntó el diplomático. “Se trata de puras invenciones periodísticas”, respondió el funcionario italiano.
Cuando Berlusconi viajó a Trípoli en 2002 fue recibido “calurosamente” por Khadafi. Era un cambio, ya que otro primer ministro italiano que viajó en 1999, Massimo D’Alema, del Partido Democrático (ex Partido Comunista), se vio obligado a visitar durante tres horas el Museo Nacional antes de que el líder libio se decidiera a recibirlo.
“Italia y Egipto comparten el mismo modo de pensar. Ambos países consideran que Libia ha ablandado su posición respecto de Occidente” gracias a los buenos oficios de Mubarak y de Berlusconi, dice otro cable.
Un dossier referido a la visita en 2004 de Mubarak a Roma, señala L’Espresso, destaca la costumbre de Berlusconi de bajar el tono cuando se trata de temas conflictivos, con tal de caerle simpático a su interlocutor. Prefiere las bromas, las frases divertidas, y deja que su canciller trate los temas escabrosos.
Entre una broma y otra el líder italiano cita la cuestión de la necesidad de libres elecciones, a lo que Mubarak responde que “Egipto como otros países árabes deben enfrentar una situación difícil en relación con la opinión pública. Llamar inmediatamente a elecciones serviría sólo para llevar al poder a un gobierno extremista”.
El peligro de un gobierno extremista fue el mismo pretexto que esgrimió Berlusconi cuando hace algunos días la oposición a su gobierno lo criticó por no condenar la violencia en Libia.
Sobre el derrocado presidente tunecino Ben Alí los cables hablan de un encuentro entre él y Berlusconi en la hollywoodiana residencia de Alí en Cartago en 2009. Se trató de una visita en la que Berlusconi contó chistes sobre Barack Obama y sobre el Papa y que fue “tan privada”, dicen los cables, que ninguno de los ministros de Exteriores fue informado de los detalles. En cambio, el primer ministro italiano estuvo acompañado de un consejero tunecino, Tarak Ben Ammar, su socio además en algunos negocios privados, como la propiedad compartida del 50 por ciento del canal televisivo árabe Nessma TV. “Según la prensa local, ambos mandatarios habrían firmado un acuerdo para producir energía en Túnez y llevarla a Italia a través de un cable submarino. Pero en realidad ese acuerdo fue firmado en 2003”, añade el cable. “Viejos amigos, nuevos negocios”, comenta la embajada.
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