China Zorrilla, a días de cumplir 89 años, está más luminosa que nunca.

Pepe Mujica, el presidente de Uruguay, el país que la vio nacer, estuvo en su casa, sentado frente a ella en uno de los sillones de su living. En el mismo sitio donde el lunes último Página/12 le hizo un reportaje que salió publicado en la sección Diálogos. A partir de esa nota, una precisa maquinaria internacional se puso en marcha para que el encuentro entre China y Pepe se produjera. ¿Por qué? Porque ella dijo que quería que alguien le presentara a Pepe y que si nadie se lo presentaba, iría a Uruguay a la Casa de Gobierno y diría: “¡Soy China Zorrilla y quiero hablar con Pepe!”. No hizo falta que ella fuera hasta allí para concretar el encuentro. El presidente uruguayo vino y la visitó.

Mujica llegó a Buenos Aires para la inauguración de la Casa Patria Grande Presidente Néstor Kirchner junto a Cristina Fernández de Kirchner y el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en Carlos Pellegrini 1289, a pocas cuadras de la casa de China que, muy feliz, lo esperaba para conversar con él a solas. El mandatario uruguayo decidió visitarla a partir de la nota de este diario publicada con el título “Tengo una debilidad por Pepe Mujica, lo amo con toda mi alma”.

Al caer la tarde, el barrio entero de China estaba convulsionado, padres con sus niños de la mano preguntando qué pasaba, coches oficiales de la embajada uruguaya en Argentina, motos blancas de la policía, una ambulancia, custodios, gente de seguridad, muchísimos vecinos y periodistas con sus cámaras en los trípodes y grabador en mano, a la espera de que Mujica saliera del departamento de la actriz y directora teatral, para realizar una improvisada conferencia de prensa en la vereda, tras el encuentro. Pepe no salía. Afuera esperaban Marta Minacapilli, su secretaria privada; la ministra Lilian Alfaro Rondan, el cónsul general del Uruguay, el director de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia uruguaya, Gonzalo Carámbula, familiares uruguayos, custodios, choferes y funcionarios del Consulado y de la Embajada de Uruguay en Argentina y de la Casa de Gobierno uruguaya.

Página/12 logró ingresar al departamento y fue testigo del encuentro entre la gran actriz rioplatense China Zorrilla y Mujica. Los dos conversaban alejados, pero a pedido del reportero gráfico accedieron a posar para las fotos junto a Flor, la perrita de China. “Ay, pero ¿cómo pusiste que yo estoy enamorada de este hombre?”, rezongó la actriz ante la cronista, pero pronto sonrió, contenta, con su sueño más que cumplido.

El departamento estaba invadido por gente de seguridad, pero ellos dos parecían no registrarlo, conversando ausentes de todo lo que sucedía a su alrededor, y uno adivina que habrá muchos más encuentros entre ambos. Este fue el primero y ahora que ya comprobaron que tienen mucho de qué hablar, seguramente se verán seguido.