Martes, 10 de mayo de 2011 | Hoy
EL MUNDO › ISLAMABAD DENUNCIó COMO “ABSURDAS” LAS ACUSACIONES QUE VINCULAN A SUS HOMBRES CON BIN LADEN
El premier Yousaf Raza Gilani desafió a Estados Unidos a revelar el nombre del jefe de la CIA en Islamabad. Dijo que su país no fue el lugar de nacimiento de Al Qaida. Y alertó sobre futuros operativos unilaterales de Washington.
El primer ministro de Pakistán, Yousaf Raza Gilani, denunció por “absurdas” las acusaciones de complicidad entre funcionarios del gobierno e inteligencia paquistaníes y Osama bin Laden realizadas por Estados Unidos. Desafió a Washington a que revele el nombre del jefe de la CIA en Islamabad y advirtió que una repetición de operativos unilaterales conducidos por fuerzas especiales del país norteamericano sólo provocaría serias consecuencias.
En un apasionado discurso televisado antes de una sesión parlamentaria, Gilani apuntó que una de las principales prioridades del gobierno era proteger la soberanía de la nación y aseguró que las autoridades civiles paquistaníes confiaban completamente en las Fuerzas Armadas. Además, explicó que Javed Iqbal, un alto oficial del ejército, comenzaría a investigar cómo bin Laden pudo haber vivido durante al menos seis años en el pueblo de Abbottabad, ante las narices del establishment militar.
“Sí, claro que hubo una falla de inteligencia, pero no sólo de nuestra agencia, sino de todas las agencias del mundo –opinó el primer ministro–. Por eso, las acusaciones de complicidad e imcompetencia son absurdas. Rechazamos enfáticamente tales acusaciones.”
El discurso formó parte de una orquestada marcha atrás tanto de las autoridades civiles como de las militares, que llegó tras una semana de bochorno e indignación disparada no sólo por el asesinato de Bin Laden en suelo paquistaní, a menos de tres horas de Islamabad, sino también por el hecho de que la tropa de elite estadounidense llevó a cabo el operativo sin ninguna advertencia o aviso previo al gobierno local.
“Somos una nación orgullosa. Nuestra gente valora su honor y dignidad –dijo Gilani–. Nuestra nación es fuerte y tiene una gran capacidad de recuperación. Nuestra verdadera fortaleza es nuestra gente y nuestras instituciones públicas. Estamos unidos y plenamente comprometidos en derrochar sacrificios cualquiera sean los medios en defender nuestra dignidad y honor nacional y en salvaguardar nuestros máximos intereses nacionales”, continuó.
A pesar de la especulación que rondó en torno del probable reemplazo del jefe de la Agencia de Inteligencia Paquistaní (ISI, por sus siglas en el idioma local), Ahmed Shuja Pasha, ninguna cabeza ha rodado hasta el momento producto del caso Bin Laden.
El jefe de las Fuerzas Armadas, Ashfaq Kayani, hizo pública una declaración suya en la que se hizo responsable de haberle pedido al primer ministro que difundiera la versión oficial del gobierno sobre los hechos, antes de que el Parlamento comenzara a trabajar: “La población de paquistán necesita que confíen en ella”, sostuvo.
La analista política y militar, y autora del libro Military Inc., Ayesha Siddiqa, consideró que el primer ministro estaba intentando generar una especie de posición para el gobierno. “Hay personas que braman por su renuncia, que braman por su sangre. Creo que intentó protegerse a él mismo y proyectar una imagen favorable de Pakistán –consideró–. El problema es que la gente que quiere su sangre seguirá buscándola, pero la estrategia del gobierno es avanzar centímetro a centímetro hasta hacerse de un lugar importante es toda esta situación.”
Dándole un revés a la historia, Gilani remarcó que los mujaidín –los guerrilleros musulmanes– fueron creados por Estados Unidos para que intentaran socavar las fuerzas de la ex unión Soviética en Afganistán, en la década del ’80. Pakistán, añadió, no fue el lugar de nacimiento de Al Qaida. En otra referencia que probablemente opaque el triunfalismo de Estados Unidos, el primer ministro reveló que su gobierno estaba contento de que China, “su amigo en todo momento”, estuviera logrando grandes avances económicos y tecnológicos.
Mientras tanto, a modo de otra vuelta de tuerca a las ya tensas relaciones entre Pakistán y Estados Unidos, un diario paquistaní de tendencia conservadora publicó el nombre de la máxima autoridad de la CIA en Islamabad. Hubo una amplia especulación que apuntó que el periódico obtuvo el nombre de parte de efectivos de la ISI, aunque informes posteriores aseguraron que el nombre difundido, Mark Carlton, es erróneo.
El año pasado, el ex jefe de la agencia estadounidense de inteligencia en la capital paquistaní tuvo que abandonar el país tras haber sido públicamente identificado en un reclamo efectuado ante la policía local por las familias de las personas que Estados Unidos asesinó en distintos ataques y bombardeos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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