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Estados Unidos, principal aliado del presidente colombiano de línea dura Alvaro Uribe en su conflicto doméstico, endureció el tono contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC): “Asesinos despiadados” las calificó el presidente estadounidense George W. Bush. A la principal guerrilla colombiana se le adjudica la muerte de un militar colombiano y de un funcionario estadounidense que viajaban en una avioneta que hace una semana cayó en una zona del sureño departamento de Caquetá, y de haber secuestrado a los otros tres ocupantes del vehículo, también estadounidenses. Un miembro no identificado de las FARC señaló que la avioneta “está al servicio de la CIA” y que su tripulación “hacía espionaje para los norteamericanos, tratando de ubicar a Ingrid Betancourt y a otros retenidos para darles las coordenadas a los militares colombianos”.
“Un hombre tenía agujeros en la nuca. Claramente fue una ejecución, así que estamos lidiando con asesinos despiadados, y necesitan ser tratados como asesinos despiadados”, enfatizó Bush a la cadena televisiva norteamericana Telemundo. Agregó que “yo me he comprometido con el presidente Uribe para ayudarlo a combatir el narcoterrorismo y lo estamos haciendo”. Estados Unidos seguirá de cerca la búsqueda de los cautivos. “Estamos compartiendo inteligencia mientras en Colombia se coordinan las tareas de las tropas en la selva para tratar de rescatar a esas personas”, precisó Bush, a la vez que destacó el liderazgo de Uribe en la lucha contra el narcotráfico y los grupos violentos. Pero un miembro de las FARC citado por la Red Resistencia en su página web aseguró que los tripulantes norteamericanos eran militares y no civiles, que eran espías para ubicar a los secuestrados, en particular, a la ex candidata presidencial, Ingrid Bentancourt. Mañana se cumple un año del secuestro de la ecologista; su hija y su ex marido se entrevistarán en Francia con Jacques Chirac.
Los congresistas republicanos Thomas Davis y Mark Edward Souder, junto a su colega demócrata James Moran, cumplieron ayer una misión de dos días en Bogotá para conocer los informes sobre el rescate de los tres sobrevivientes estadounidenses. Los legisladores norteamericanos anunciaron que Estados Unidos tomará duras represalias contra las FARC. El jefe del ejército colombiano, general Carlos Ospina, señaló ayer que la condena de Washington posiblemente derivará en más cooperación en equipos e inteligencia para tratar de ubicar a los secuestrados en las selvas de Caquetá.
Mientras, miles de soldados intensificaron las operaciones por aire y tierra en Caquetá para localizarlos, a pesar de que una espesa niebla cubría los bosques y montañas, informó la portavoz de la XII Brigada militar, capitán Lida Zambrano. Los militares cuentan con el apoyo de expertos y helicópteros Black Hawk y aviones AC-47 norteamericanos, así como de agentes del FBI. Zambrano indicó también que las autoridades evaluaban varios testimonios de campesinos sobre el paradero de los estadounidenses, un día después de que el gobierno de Uribe ofreciera una recompensa equivalente a 350 mil dólares por información que permita rescatarlos. El 13 de febrero, la avioneta Cessna del gobierno estadounidense, en funciones de inteligencia, cumplía la ruta entre Bogotá y la base militar de Tres Esquinas al sur del país cuando tuvo un desperfecto mecánico y aterrizó de emergencia en medio del fuego de los guerrilleros, que les dispararon a dos miembros y secuestraron al resto. Ni Washington ni Bogotá señalaron cuál era el objetivo de ese viaje.
A todo esto, el presidente Uribe continuó con su clamor por ayuda internacional para acabar con el terrorismo colombiano. “Nosotros no podemos permitir que aquí estén explotando carros bomba y matando a nuestra gente, y enseguida estén escondidos en otros países posando de arcángeles”, declaró el mandatario, e indicó que el apoyo internacional hará “menos difícil” este trabajo. El jefe de Estado anunció, igualmente, que trabajará en la conformación de una red de “100 mil amigos en el mundo”, quienes se encargarán de difundir la realidad de Colombia.