Martes, 31 de mayo de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EL CENTROIZQUIERDA TRIUNFó EN FEUDOS DEL CONSERVADURISMO ITALIANO EN LA SEGUNDA VUELTA DE LAS MUNICIPALES
En Milán, donde Berlusconi y sus aliados se jugaron el todo por el todo, el opositor Giuliano Pisapia ganó por diez puntos a la alcaldesa Moratti. El oficialismo también sufrió derrotas en Nápoles, Cagliari, Trieste, Grossetto y Novara.
Por Elena Llorente
En la segunda vuelta de las elecciones municipales italianas que se realizaron el domingo y ayer, el triunfo del centroizquierda fue arrasador, sobre todo en Milán, ciudad natal del primer ministro Silvio Berlusconi y baluarte del centroderecha desde hace más de 18 años, pero también en Nápoles, Cagliari, Trieste, Grossetto y Novara, las ciudades más importantes dentro los 88 municipios que fueron al segundo turno. Estos triunfos se agregan a los ya conseguidos por el centroizquierda en la primera vuelta electoral en dos importantes centros como Turín y Bolonia.
Ya se habla en Italia de un voto de condena contra el primer ministro Silvio Berlusconi al que muchos acusan de ser responsable de la derrota, entre otras cosas, por las disparatadas y lapidarias frases que a menudo dice contra sus adversarios, pero sobre todo por sus asuntos personales, como los juicios –tres por corrupción y uno por prostitución de menores– que tiene actualmente en curso ante la Justicia italiana.
En Milán, donde Berlusconi y sus aliados se jugaron el todo por el todo llevando a los actos del cierre de la campaña electoral a ministros y cantantes, presentando la junta de gobierno que habría llevado al poder la candidata y alcaldesa en ejercicio Letizia Moratti y acusando al candidato del centroizquierda de extremista y de que aumentaría los impuestos en detrimento de los sueldos, el opositor Giuliano Pisapia consiguió nada menos que el 55,1 por ciento de los votos contra el 44,9 por ciento de Moratti (ver aparte).
La alcaldía de Arcore, cerca de Milán, donde Berlusconi tiene una de sus residencias –famosa por las fiestas conocidas como “bunga bunga”– también se la llevó la candidata del centroizquierda, Rosalba Colombo.
En Nápoles, segunda ciudad en importancia de las que iban a la segunda vuelta, con viejos y complicados problemas de la camorra (mafia napolitana) y de recolección de basura –en parte controlada por esa misma mafia– arrasó el candidato de Italia de los Valores (IDV) apoyado por el centroizquierda, el ex fiscal Luigi de Magistris, con el 65,4 por ciento de los votos contra el 34,6 por ciento de su opositor de centroderecha Gianni Lettieri. De Magistris, hasta ahora diputado europeo por el IDV, y el altísimo porcentaje conseguido, significan según algunos analistas un rotundo NO de los napolitanos al centroderecha pero sobre todo una ola de esperanza depositada en las espaldas de un ex fiscal y de un partido liderado por otro ex fiscal, Antonio de Pietro –uno de los conductores de la campaña judicial anticorrupción de la década de los ’90 conocida como Manos Limpias–, que hoy se bate por la transparencia y la honestidad. “Nápoles ha sido liberada –dijo De Magistris al conocer los resultados–. Yo y la junta de administradores que me acompañarán no deberemos dar cuenta a nadie, sólo a las promesas y a la eficacia. Finalmente, Italia está unida, desde Nápoles hasta Milán.”
Estos resultados, pero sobre todo el de Milán, están provocando un terremoto en el partido de Berlusconi, el Popolo della Libertà (PDL). Y la primera señal fue la renuncia del coordinador nacional del PDL y ministro Sandro Bondi, quien puso su dimisión en manos del jefe Berlusconi porque considera que debe tener las manos libres para poder decidir sobre el futuro del partido. Berlusconi reconoció la derrota. “Hemos perdido, es evidente. Napolitanos y milaneses se arrepentirán. Espero que no suceda nada de negativo para ellos. El único camino ahora es contener los nervios y seguir adelante. Soy un combatiente. Llamé a Bossi (líder de su aliada la Liga Norte) y él está de acuerdo en que sigamos juntos”, dijo. El malestar dentro de la Liga Norte, que sostiene la necesidad de una seria reflexión, como dijo el ministro del Interior Roberto Maroni (“Si no reaccionamos tendremos otra derrota en las elecciones nacionales de 2013”, subrayó) se vio agravado además por la pérdida de la alcaldía de la ciudad de Novara, en manos de ese partido desde hacía varios años.
Algunos hablan del principio del fin del berlusconismo. Otros prefieren decir que se trata de “un aviso de desalojo del Palazzo Chigi”, como el líder de la izquierda ecológica y gobernador de la región Pulia, Nicchi Vendola, alude así a la sede del gobierno italiano. “Ahora tenemos que reconstruir Milán haciendo que vuelva a ser una ciudad acogedora, alegre, capaz de sonreír”, dijo por su parte el nuevo alcalde. Pisapia recibió una llamada de la alcaldesa Moratti quien reconoció su derrota y se dijo dispuesta a colaborar con su sucesor. “Me dio gusto que me llamara. También ésta es una señal de que se está abriendo una nueva era para la ciudad”, añadió.
Por su parte, el secretario general del Partido Democrático (centroizquierda) subrayó en una rueda de prensa que “el gobierno (de Berlusconi) debe renunciar” porque “ahora hay en el Parlamento una mayoría diferente de la que hay en el país”. “Hay que prepararse para un nuevo gobierno nacional”, comentó de su lado el ex primer ministro Romano Prodi.
Miles de milaneses se dieron cita mientras tanto en la Plaza del Duomo de Milán, los napolitanos en la Plaza del Municipio y los romanos en el Panteón, para celebrar el triunfo electoral.
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