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Desde Roma

La alarma ante la posibilidad de que la avalancha del desastre económico que empezó en Grecia termine por aplastar también a Italia sigue creciendo, y el primer ministro Silvio Berlusconi, que hasta el jueves disminuía las dimensiones de la crisis, el viernes se vio obligado a hacer una rueda de prensa para comunicar algunas medidas urgentes, como dijo él mismo, que “pongan límites a la especulación”.

Il Cavaliere anunció que Italia acelerará la aplicación del plan de ajustes aprobado por el Parlamento hace algunos días y que pretende equilibrar las cuentas del Estado, pero ya no en 2014 como estaba previsto en principio, sino en 2013. También habló de algunas normas que serán incluidas en la Constitución para promover el crecimiento económico. De acuerdo con algunos líderes europeos, se realizará una reunión anticipada de los ministros de Economía y Finanzas del G-7, dijo.

La inesperada rueda de prensa de Berlusconi surge en un momento sumamente crítico para la economía italiana, y también para la europea, y cuando buena parte de la opinión pública critica no sólo el accionar del gobierno sino de sus parlamentarios, de los cuales unos 200 tenían previsto partir en septiembre en peregrinación a Tierra Santa. “¿No podían ir a Tierra Santa en agosto? ¿O es que no tienen suficientes días de vacaciones? ¿Por qué no se quedan a arreglar los problemas del país?”, se preguntaron algunos lectores indignados en el correo de distintos medios digitales.

En una semana llena de altibajos en la Bolsa de Valores, que ha hecho perder a Italia varios miles de millones de euros y pese al llamado de las autoridades europeas, que pidieron al gobierno italiano que acelere el plan de reformas, la Cámara de Diputados tenía previsto abrir sus puertas el 6 de septiembre. Hasta ese momento, el país habría quedado prácticamente paralizado si no fuera porque a última hora del viernes, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, anunció que las comisiones parlamentarias que se ocupan de temas económicos trabajarán normalmente la semana que viene.

Además de la crisis internacional, lo que se discute en Italia es el escaso crecimiento de su economía, que girará en torno del uno por ciento este año, según estima el Fondo Monetario Internacional. Para acelerar ese crecimiento es que el gobierno pidió esta semana la ayuda incluso de la oposición y de los distintos sectores sociales, aunque la oposición, que aporta algunas propuestas, insiste en que de todas maneras Berlusconi debe renunciar. “Bufón, bufón, has arruinado a Italia, mejor que te vayas a tu casa”, le gritaron algunos manifestantes reunidos frente al Pala-zzo Chigi, sede del gobierno, cuando iba entrando el viernes.