Benedicto XVI instó a España a progresar sin abandonar su alma cristiana y llamó a los jóvenes católicos a propagar el evangelio por el mundo. En su último discurso antes de subirse al avión que lo llevaba de regreso a Roma, el Papa le pidió nuevamente a la juventud que difunda el mensaje de Cristo, expresó su preocupación por la crisis económica que vive España y sus consecuencias sobre la desocupación. “Tengo a los españoles muy presentes en mi oración, sobre todo a las familias que afrontan dificultades y a quienes no encuentran trabajo”, señaló el Sumo Pontífice en el aeropuerto de Barajas, acompañado por los reyes Juan Carlos y Sofía y unos 2000 peregrinos que participaron del acto de despedida en el cierre de su visita de cuatro días a Madrid. Por la mañana, en una multitudinaria misa, Joseph Ratzinger condenó la mentalidad individualista que predomina en la sociedad y defendió a la Iglesia como institución.

El viaje a España de Benedicto XVI estuvo marcado por las críticas de los movimientos laicos que se manifestaron contra la utilización de fondos públicos millonarios. También condenaron su injerencia en asuntos de política interna, como el derecho al aborto, el casamiento entre personas del mismo sexo o la ley de muerte digna.

En su despedida, Ratzinger dijo que España es una gran nación, que en convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica. “No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de él”, dijo Benedicto XVI ante cientos de miles de jóvenes que lo escucharon en el aeródromo de Cuatro Vientos, ubicado en las afueras de Madrid. Según el Papa, la Iglesia no es una simple institución humana, como cualquier otra, sino que está estrechamente unida a Dios. “No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo.”

En la misma línea, Benedicto XVI pidió a los jóvenes que cumplan con sus obligaciones con la Iglesia y reconoció que se está perdiendo terreno ante el laicismo. “Para el crecimiento de la amistad de ustedes con Cristo es fundamental reconocer la importancia de su inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios”, sostuvo.

Ante el rechazo al cristianismo que advierte en España y en otras partes del mundo, Ratzinger llamó a la juventud católica a llevar su testimonio de la fe, y a no dejarse seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios. El Papa anunció que la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) será en Río de Janeiro en 2013.