Desde Córdoba

Apenas habían pasado unas horas después de la avalancha de votos que recibió Cristina Fernández de Kirchner, y en los reductos de la política cordobesa ya empezaban a desatarse los pliegues del escenario electoral que se aproxima. Como todo batacazo, la performance de la Presidenta en las primarias de hace una semana, donde sacó casi el 35 por ciento de los votos, provocó un impacto en la política local que aún resuena. En el entorno del gobernador electo, José Manuel de la Sota, es donde se disipan las principales incógnitas. El delasotismo sabe que el amplio triunfo que cosechó CFK hizo efecto en su perspectiva electoral y convirtió a sus certezas en preguntas. Si tan sólo siete días antes de las PASO De la Sota ganaba la gobernación y desplegaba un discurso donde no ahorraba guiños para su proyección nacional, ahora lo que prima es la cautela.

En reserva, algunos dirigentes peronistas cuestionan la decisión de De la Sota de no acompañar con el PJ local la candidatura de la Presidenta y dar libertad de acción a los afiliados, adoptada en las primarias. El magro resultado que sacó su lista a diputados nacionales, tan sólo el 7 por ciento de los votos, es otro de los datos que suma al desdibujamiento de la estrategia electoral de Unión por Córdoba.

Lo que hará el gobernador electo hasta el 24 de octubre es una incógnita que nadie se anima a develar. Mientras tanto se recluyó en Brasil para descansar, luego de la campaña que lo tuvo como vencedor, y también para delinear los pasos a seguir. Por lo pronto, ninguna fuente consultada dio pistas sobre la existencia de puentes entre el PJ local y el gobierno nacional. Desde ambas orillas afirman lo mismo: aún no hay diálogo.

Los gestos tímidos que se esgrimieron después del 14 de agosto corroboran el congelamiento de la relación. De la Sota utilizó su cuenta en Twitter para enviar un saludo a Cristina Fernández y el gobernador Juan Schiaretti, desapegado de las nuevas tecnologías, le mandó un telegrama de salutaciones.

Descolocado en sus ambiciones presidencialistas, el futuro de De la Sota parece “surfear” por una “zona gris” que lo coloca distante, tanto del gobierno nacional como de la oposición más frontal. En todo caso siempre hará valer su olfato político para alistarse en uno u otro lugar.

En términos formales, resta saber si existe margen para negociar con el gobierno nacional un posible apoyo a Cristina en las elecciones de octubre. Lo que sí confirman en el PJ local es que seguirá en pie la lista de diputados nacionales, que encabeza el actual ministro de Gobierno, Carlos Caserio. Desde el delasotismo confían en obtener mayor apoyo, una vez que los engranajes del poderoso aparato electoral entren en funcionamiento. Para relativizar el mal resultado de las elecciones primarias, las excusas están puestas en el poco tiempo que tuvieron para la campaña.

En el Frente para la Victoria, el panorama es distinto. En las primeras lecturas que elaboraron, destacan que se ganó sin la estructura del PJ cordobés y a contramano de la decisión de sus dirigentes de quitarle el apoyo a la Presidenta. “Lo más importante que ha sucedido en estas elecciones es que el kirchnerismo es el primer proceso político que va de menor a mayor, y no al revés. Nosotros en 2003 salimos quintos; en 2007, terceros; y ahora, primeros. El gobierno nacional construyó un cambio cultural que no tiene retorno en la Argentina y va a ser imposible sacar todo lo que implementó esta gestión”, afirmó Gustavo Magrin, vicepresidente del Partido para la Victoria.

En la definición del tramo de diputados nacionales es donde radica uno de los principales desvelos de los dirigentes del Frente para la Victoria. Si en octubre el FpV repite la misma elección que el pasado domingo 14, obtendría cuatro de los nueve diputados que se ponen en juego en el distrito. Algo impensado en un territorio que siempre fue renuente al kirchnerismo.

No obstante, desde el FpV son precavidos, aunque confían en retener el resultado de las primarias. Para ello se basan en la atracción de votos que proyecta Cristina en todo el distrito. También ponen el acento en que se articuló un espacio amplio de experiencias y militancia que garantizó la fiscalización de los comicios y permite pensar, por primera vez en mucho tiempo, en una construcción seria del kirchnerismo en la provincia.

Con la satisfacción de los resultados, el kirchnerismo cordobés aguarda nuevas directivas. La hoja de ruta la esboza la Casa Rosada y una de las definiciones que más se espera es saber cómo jugarán en las elecciones municipales del 18 de septiembre, cuando se definirá el gobierno de la capital provincial.

De los cinco candidatos a intendente, tres ya han declarado su respaldo a Cristina. La concejal Olga Riutort, ex esposa de De la Sota y distanciada del PJ local; el actual viceintendente, Carlos Vicente, que se presenta por Nuevo Encuentro, la fuerza del diputado nacional Martín Sabbatella; y Esteban “Tito” Domina, ex ministro de la primera gestión de De la Sota, ex CEO de la Fundación Mediterránea y candidato del Frente Cívico de Luis Juez. La grilla de potenciales intendentes se completa con el senador radical Ramón Mestre, que marcha primero en las encuestas, y el vicegobernador y ex basquetbolista Héctor “Pichi” Campana, candidato del oficialismo local. Si bien no se sabe hacia dónde dirigirá su apoyo el FpV, se dice que Olga Riutort mantiene aceitados contactos con funcionarios nacionales. De confirmarse un eventual impulso a su candidatura, la distancia entre el kirchnerismo y el justicialismo cordobés sumará un nuevo ingrediente.