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El presidente Eduardo Duhalde explicó ayer que la colaboración que propuso brindar en el marco del plan de ayuda humanitaria para Irak organizado por las Naciones Unidas (ONU) consiste en “asistencia técnica en materia sanitaria y de desminado” y destacó que la Argentina “no es un país neutral”, sino que “está en contra de la guerra y a favor de la paz”. Duhalde negó, además, haber recibido presiones de Estados Unidos y sus aliados por su decisión de no participar en la intervención militar y admitió que “la guerra ha anestesiado todo el accionar de los candidatos” porque se convirtió en “la noticia dominante”.
La situación planteada por la guerra en Irak fue motivo de conversación en la reunión de gabinete que Duhalde mantuvo con sus ministros en la Casa de Gobierno. Lo que se analizó durante el encuentro fue el modo en que la Argentina se sumará al plan de ayuda humanitaria para las víctimas del conflicto que tiene previsto implementar la ONU.
Duhalde explicó luego que el Gobierno ofreció a la ONU asistencia a través de “personal técnico, no con medicamentos o víveres”. Concretamente se propuso ayudar en “cuestiones sanitarias y de desminado” en Irak una vez que finalice la guerra, ya que –según apuntó Duhalde– la Argentina cuenta con “especialistas para detectarlas minas”.
En cuanto al impacto de la intervención militar a Irak en la campaña electoral, Duhalde reconoció que “ha anestesiado todo el accionar de los candidatos” porque “la noticia dominante es el conflicto bélico”. En ese sentido, agregó que “nunca se ha visto, es la primera guerra que tiene este tratamiento en los medios, casi exclusivo” y opinó que esa cobertura “ha sacado el foco de atención sobre la propuesta de los candidatos”.
En lo que se interpretó como una respuesta a Elisa Carrió –quien viene advirtiendo que en el caso de la guerra en Irak la neutralidad no es suficiente–, Duhalde subrayó que la Argentina “no es un país neutral, estamos contra la guerra” y se mostró de acuerdo con los cuestionamientos hechos desde la ONU a Estados Unidos por “no respetar las resoluciones de los organismos internacionales”. Además, declaró no estar “de acuerdo con aquellos que toman una u otra posición por motivaciones económicas”.
Sobre este punto también habló el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, quien reiteró que “Argentina de ninguna manera va a especular con la obtención de beneficios, como algunos piensan, a través de lo que significa el sufrimiento de una guerra”. En el Gobierno, de todos modos, siguen con atención los acontecimientos en Irak su posible incidencia en la economía. “Lo que circuló es una hipótesis de que los granos que Argentina le está vendiendo a Irak pasarán a ser vendidos por Estados Unidos. Pero es sólo una hipótesis, no hay ninguna certeza de que esto pueda ocurrir”, contó Atanasof.
Duhalde negó presiones de Estados Unidos, aunque reconoció sí “insinuaciones” sobre alineamientos a nivel de “las relaciones diplomáticas” y añadió: “Nada más que eso”. También adelantó que en la reunión de vicecancilleres de los países del Mercosur, que se realizará en Paraguay los primeros días de abril, se fijará dentro del bloque una posición “convergente” en los temas económicos y comerciales que podrían derivarse de la guerra.