EL MUNDO › HABLA HAMZA MANSUR, LIDER ISLAMICO
“Detrás de esto están el complejo militar y Sharon”
Jefe del Partido Acción del Frente Islámico, principal formación de la oposición jordana, Hamza Mansur, acusa a George Bush y Tony Blair de haber lanzado una guerra contra la humanidad por los intereses militares e israelíes.
Por Eduardo Febbro
Hamza Mansur sonríe levemente cada vez que dice el nombre de George Bush o Tony Blair. Cuando pronuncia la palabra “amerike” (Norteamérica) se le nota un rictus incómodo. Es secretario general del Partido Acción del Frente Islámico, la principal formación de la oposición jordana. En estos días agitados, los islamistas catalizan muchas de las voces y las protestas fomentadas por la guerra anglonorteamericana desatada en Irak. Hombre afable, su discurso oscila entre la conciliación –Mansur rechaza la idea de un “conflicto entre religiones”– y la más férrea condena contra una guerra a la que considera dirigida por Bush y su aliado más constante, Blair, pero “fabricada” por el complejo militar-industrial de Estados Unidos y el jefe del gobierno israelí, Ariel Sharon. Para Mansur, los palestinos que mueren haciéndose explotar no son kamikazes sino mártires cuyo volumen podría aumentar considerablemente a través del mundo si los musulmanes siguen sometidos a las bombas de la Casa Blanca. En esta entrevista exclusiva con Página/12, Mansur considera que la guerra en Irak no es más que la primera piedra puesta por la administración Bush para controlar toda la región.
–Usted asegura que la crisis iraquí no deriva de la voluntad de George Bush de derrocar a Saddam Hussein sino que responde a un proyecto mucho más vasto. ¿Cuál es?
–Irak no es solamente el primer país atacado sino también el principio de una gran guerra preparada por la administración norteamericana. La administración Bush trabaja en un idioma que nosotros conocimos en la época de la prehistoria. Es el idioma de los emperadores de la guerra que pretendían someter todas las naciones a la voluntad de sus imperios. Irak no es más que una mera porción de la meta que consiste en americanizar primero al pueblo iraquí y su cultura. Pero hay más que eso. Estados Unidos quieren realizar por la fuerza el anhelo de los israelíes y de su amo actual, Ariel Sharon, quien hoy sueña con ver hecho realidad el sueño sionista que figura en los libros religiosos del antiguo testamento, es decir, la creación del gran Estado de Israel que se extiende desde el Nilo hasta el Eufrates. Irak es sólo el comienzo de la dominación de toda la región árabe. Desde luego, detrás de esta agresión contra Irak se esconden también razones económicas. Estados Unidos necesita controlar el petróleo de la región y el núcleo del comercio regional. A nadie se le escapa tampoco que Washington busca igualmente disminuir la influencia de la Unión Europea en el momento en que los europeos estaban cimentando su unión. Lo mismo ocurre con Asia. Con la guerra en Irak, Estados Unidos pretende dominar el mundo entero, desde los árabes, pasando por la Unión Europea hasta Asia.
–Un partido islamista como el suyo, ¿cómo evalúa la posición de la mayoría de los países árabes que, de una manera solapada pero concreta, apoyan implícitamente la aventura militar de Estados Unidos? El caso de países como Jordania, Egipto o Kuwait es más que ilustrativo. En Jordania y Egipto los gobiernos reprimen ferozmente las manifestaciones árabes a favor de un régimen árabe...
–Nuestros métodos de trabajo son políticos y el principal objetivo es detener la guerra. Los países árabes e islámicos fronterizos con Irak deben dejar de colaborar con el ejército norteamericano y trabajar más ayudando a Irak. Yo rechazo tajantemente la posición oficial del gobierno jordano y de los demás países árabes que se ubican en total contradicción con sus propias opiniones públicas. Los gobiernos árabes se sometieron a la voluntad norteamericana y algunos participan con sus militares en la guerra anglonorteamericana contra Irak. Esos gobiernos perdieron sulegitimidad ante sus pueblos. La posición del gobierno jordano y de las naciones árabes traduce un juego de intereses y el miedo. Estos países piensan que pueden sacar alguna tajada y además tienen miedo de las sanciones estadounidenses. Tampoco estoy de acuerdo con la manera en que el gobierno jordano prohíbe las manifestaciones y cómo expulsó a tres diplomáticos iraquíes. La gran mayoría de los gobiernos árabes y del Golfo no representan la voluntad popular. Si en estos países hubiese un mínimo de democracia los gobiernos actuales no estarían en el poder.
–Para usted, ¿Saddam Hussein es un dictador, un déspota o un hombre político de respeto?
–En la actualidad es preciso distinguir la persona de Saddam Hussein como dictador y el Saddam Hussein de hoy, el hombre que, con sus fuerzas militares, se opone a los norteamericanos y los ingleses que se coalicionaron contra el pueblo iraquí. Hay una gran diferencia entre el Saddam Hussein presidente y el Saddam Hussein que asume la guerra para defender su patria. Saddam Hussein ganó muchos puntos frente a nosotros porque asumió el reto de esta guerra terrorista dirigida por Bush, Blair y Sharon.
–Según anunció el presidente George Bush, la guerra no es más que un intermedio luego del cual vendrá la paz y la democracia. El presidente norteamericano sacó incluso del cajón un proyecto para solucionar la crisis israelo-palestina y hasta prometió la existencia de un Estado palestino. ¿Cómo juzga usted los proyectos globales de Washington para la región?
–Para mí ese famoso proyecto para Medio Oriente representa sólo el punto de vista de los norteamericanos. Estados Unidos no respeta las leyes internacionales de las Naciones Unidas. Si las respetasen, no habría necesidad de ningún proyecto nuevo. Bastaría con que se respeten las resoluciones existentes de la ONU. El proyecto de Washington sólo pretende ganar tiempo y beneficiar otros intereses. Es un engaño, un plan preparado entre Bush y Sharon para poner término a la revuelta palestina contra el Estado sionista instalado en territorio palestino, para hacer que la guerra entre los palestinos contra el Estado sionista se convierta en un conflicto interpalestino.
–Para usted, la solución final que encarnan los kamikazes palestinos es un camino válido. En ese contexto, ¿cree que el arma humana que son los kamikazes puede extenderse a todo el planeta a raíz de la guerra en Irak?
–Como cualquier pueblo y cualquier persona, al pueblo palestino no le gusta la muerte, le gusta vivir. Pero una persona que fue violada, saqueada, a la que le robaron sus tierras, donde después se construyó otro Estado, para una persona así, el único medio de liberarse de esa ocupación es su propia vida, está dispuesto a entregar su vida y su cuerpo para liberar su tierra. El papel de esos jóvenes palestinos es similar al que tuvo el general De Gaulle luego de la Segunda Guerra Mundial. Nosotros no los llamamos kamikazes. Para nosotros son mártires que mueren por una causa. Si la política norteamericana y sionista sigue en la misma dirección, tanto en palestina como en el mundo árabe, es seguro que habrá más personas dispuestas a dejar su vida, tanto en los países árabes como en cualquier otro lugar del mundo. Si continuamos así habrá más y más mártires por la causa de la libertad. ¿Qué piensa usted que siente un iraquí sobre quien caen las bombas norteamericanas? En determinado momento, ese iraquí es capaz de convertir su cuerpo en una bomba, dentro y fuera de Irak.
–Algunos comentaristas occidentales presentan el conflicto actual como un enfrentamiento entre musulmanes y cristianos, en suma, como una guerra entre religiones.
–Existe una clara voluntad de crear una confusión y por ende un conflicto entre las religiones, en este caso el cristianismo y el mundomusulmán. Los árabes y los musulmanes saben perfectamente que esta guerra fue lanzada por Bush y que está dirigida por la extrema derecha religiosa que alienta el conflicto. Se trata de un movimiento integrista dirigido contra las civilizaciones de Irak y del mundo árabe musulmán. Pero los árabes son conscientes de que ésta fue rechazada por la mayoría de los cristianos a través del mundo, que sea en Francia, en Bélgica o Alemania. Estos países y sus pueblos le dijeron no a la guerra. ¡Hasta el mismo papa Juan Pablo II se pronunció en contra de esta guerra injusta y sin honor! El Papa dijo que la guerra no era aceptada por ningún cristiano. Pero, por otra parte, temo la reacción de ciertas categorías de la población árabe que puede no comprender la diferencia y, por consiguiente, actuar elaborando una respuesta capaz de generar problemas entre cristianos y musulmanes. Si esto ocurre, la culpa la tienen Blair, Bush y Sharon. La guerra actual es contra la cultura, contra la civilización humana. Se trata de una guerra que golpea en el corazón de la civilización humana. Yo, como líder de un partido islámico, no represento la guerra como un antagonismo religioso, como algo dirigido contra el Islam o contra el cristianismo. Pero mi miedo son justamente esos pequeños partidos radicales que pueden servirse de la situación actual para convertirla en un combate religioso. Con todo, más globalmente, si las cosas continúan así, no excluyo que todo termine en un combate entre religiones. Si cada día vemos que la gente muere bajo las bombas, que Irak es destruido por los misiles, entonces sí es posible que se genere un fuerte sentimiento musulmán para responder a todas estas agresiones. Si prospera la idea de que los conflictos actuales contra los musulmanes están alentados por los partidos extremistas religiosos de Estados Unidos, entonces podemos esperar un gran conflicto entre las confesiones. Pero nosotros, en tanto que partido Acción del Frente islámico, no vemos las cosas así. La guerra en Irak no es entre el Islam y el cristianismo. Se trata de un ataque decidido por Bush y Blair y manipulado en las sombras por el complejo militar-industrial norteamericano y, desde luego, por Sharon.