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Danielle Gouze, la viuda del ex presidente francés François Mitterrand, murió en el hospital Georges Pompidou de París, donde había sido internada el pasado 18 de noviembre por sufrir una anemia tan aguda que le fue inducido un estado de coma. Tenía 87 años y el 21 de octubre pasado había festejado el 25 aniversario de la creación de la fundación France-Libertés. La noticia se difundió en París poco después de las ocho de la mañana de ayer.

Al conocerse la noticia de su muerte, muchos de los nombres más conocidos del socialismo francés expresaron su admiración y su recuerdo de la viuda de Mitterrand y hasta el presidente Nicolas Sarkozy habló en un comunicado de prensa de lo que definió su “recorrido ejemplar”. Danielle Emilienne Isabelle Gouze, tal su nombre de soltera, se casó en 1944 con François Mitterrand, a quien había conocido durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ambos luchaban contra el régimen nazi. La pareja tuvo tres hijos varones, uno de ellos fallecido a los dos meses de nacer.

Tras la elección de su marido como presidente de Francia, en 1981, Danielle se dedicó a tareas de solidaridad con el llamado Tercer Mundo. En 1986 creó la entidad humanitaria que lleva su nombre (France Libertés-Fondation Danielle Mitterrand), para apoyo de personas desamparadas y oprimidas, con el objetivo explícito de buscar “un mundo más justo”, manteniéndose al frente de ella hasta su fallecimiento.

En América latina se recuerda su interés por los desaparecidos a manos de las dictaduras militares de los años ’70 y ’80 del siglo pasado, en particular del Cono Sur, donde actuaba el “Plan Cóndor” de coordinación represiva. En Argentina, Marta Vázquez, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora recordó ayer, que Danielle Mitterrand “ayudaba mucho” en la lucha por Verdad y Justicia para los desaparecidos. “Nos ayudaba mucho a las Madres durante la dictadura y recuerdo muy bien que había un sistema de ‘padrinazgo’ para hijos de desaparecidos que ella manejaba desde la Fundación”, explicó.

También detalló que en esos tiempos críticos “esa ayuda económica, aunque pequeña, era importante para los hijos de los de-saparecidos, sus viudas o los abuelos que habían quedado a cargo de los niños tras el secuestro de sus padres”. En 1995 se abrazó con el entonces mandatario cubano Fidel Castro en oportunidad de la visita de éste a Francia. También se pronunció a favor de la lucha del zapatismo y del subcomandante Marcos en Chiapas, México, y de los pueblos indígenas latinoamericanos, entre muchas otras tareas humanitarias, como la batalla contra el sida, y ambientales, entre las que se destacó su empeño a favor del derecho igualitario al acceso al agua.