EL MUNDO › LOS FENóMENOS VAN DE LA MANO EN UNA ITALIA CON DUROS AJUSTES Y OLEADAS DE INMIGRANTES

Crisis económica y temor al extranjero

Cerca de dos tercios de los italianos piensa que los extranjeros, sobre todo provenientes de los países del este europeo (Rumania, Albania), aumentan la delincuencia. Los refugiados de la Primavera Arabe y el brote neofascista.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

El racismo parece haber acelerado su paso en Italia. Al menos, así lo muestran algunos hechos particularmente violentos ocurridos en los últimos días. Según algunas investigaciones, el racismo y, más en general, el temor al extranjero se han agudizado ya hace algunos meses, sobre todo desde que, por un lado, comenzó la llamada Primavera Arabe y miles de inmigrantes llegaron a las costas italianas y, por el otro, la crisis económica se hizo más pronunciada.

Hace poco más de una semana, un extremista neofascista, que luego se suicidó, mató a dos inmigrantes senegaleses en un mercado de Florencia e hirió a otros tres. Pocos días antes, por la mentira de una adolescente en Turín, que dijo haber sido violada por dos gitanos, los amigos del hermano y otros muchachotes incendiaron un campamento gitano. Hace dos días, un joven de Sri Lanka, en Verona, fue golpeado con un hierro por un grupo de muchachos que lo llamaron “negro de m...” y le vaciaron una botella de cerveza en la cara. “De Florencia a Turín, las noticias recientes lamentablemente señalan la presencia de una xenofobia creciente que la sociedad y las instituciones tienen el deber de combatir”, comentó el alcalde de Nápoles, el ex juez Luigi De Magistris, del partido Italia de los Valores.

La discriminación –el escalón inferior al racismo y que no tiene que ver con el color de la piel necesariamente sino con el hecho de ser calificado como “distinto”– está presente en Italia desde hace muchos años. Hay mil anécdotas que dan cuenta de ello, como aquella de una mujer latinoamericana que fue a enviar dinero a su familia en otro país a través de una agencia de envío veloz. Pero como hablaba italiano con un leve acento extranjero, cuando entregó los billetes para pagar, la persona que los recibía los revisó de arriba a abajo y terminó diciendo: “No puedo aceptarle estos billetes”. A lo que la señora respondió: “Pero si los acabo de tomar del cajero automático...”. Horas más tarde, el marido de esa mujer, italiano, fue al mismo lugar con los mismos billetes y el hombre ni siquiera los miró. El dinero llegó normalmente a destino. El señor merecía una denuncia por discriminación... pero quién sabe si alguna vez esa denuncia habría provocado algún efecto.

Pero si se trata de racismo propiamente dicho, un informe elaborado por el centro de estudios ISMU (Iniciativas y Estudios sobre Multietnicidad) de Milán dice que la percepción de los inmigrantes como un peligro parece haber retomado vigor en los últimos meses de 2011. Y citando al centro de Investigaciones Eurispes, indica que cerca de dos tercios de los italianos piensan que los extranjeros, sobre todo provenientes de los países del este europeo (Rumania, Albania), aumentan la delincuencia. Los italianos piensan además que la desconfianza hacia ellos es justificable.

Pero Eurispes advierte una cosa muy interesante: la onda xenófoba de los últimos tiempos debe ser atribuida sobre todo al accionar de la televisión y de los diarios. Un tercio de los italianos, según Eurispes, considera que los medios de comunicación presentan las cosas de manera excesivamente alarmante. En efecto, en épocas berlusconianas, en particular los tres principales canales televisivos pertenecientes a la familia Berlusconi, además de dos de la RAI que eran filogubernativos, presentaban insistente y dramáticamente la llegada de extranjeros a la isla de Lampedusa como una solapada amenaza. Pero con la misma modalidad presentaban también todo tipo de delito, grande o chico, cometido por extranjeros, casi como si los italianos no cometieran más delitos, cuando ésta es la patria de tres de las mafias más famosos del mundo: Cosa Nostra, ‘Ndrangheta y Camorra. El tema inmigrantes también era usado por los sectores de poder para distraer la atención del público sobre muchos otros problemas que padecía el país, tal como se ha comprendido ahora que se llegó al pico de la crisis económica. Durante la Primavera Arabe y cuando miles de inmigrantes efectivamente desembarcaron en Lampedusa, el gobierno de Berlusconi aseguró que llegarían al país entre uno y dos millones de escapados del Norte de Africa. En cambio llegaron sólo cerca de 40.000.

Pero si hay algo todavía peor, según el documento del ISMU, es que los jóvenes desconfían más de los extranjeros que los adultos. No son al parecer las diferencias culturales o religiosas las que asustan a los jóvenes sino el aumento de la incertidumbre en cuanto al futuro, sobre todo laboral, y en cuanto a la vida cotidiana por la delincuencia.

De manera general, “este aumento de la percepción de peligro respecto de los inmigrantes de parte de los italianos es atribuible sobre todo al miedo generado por los eventos sucedidos en los países del Norte de Africa y a la crisis económica”, aseguró ISMU.

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Protestas de inmigrantes africanos tras la muerte de dos senegaleses en Florencia.
Imagen: AFP
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