Miércoles, 21 de diciembre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EL PREMIER PIDIó LA CAPTURA DEL VICEPRESIDENTE POR TERRORISMO
Como parte de la previsible crisis política interna tras la reciente retirada de Estados Unidos, se emitió una orden de prisión contra el vicepresidente Hashemi, al que el premier Maliki acusa de haber tratado de matarlo.
Lejos del paraíso prometido tras la intervención de Estados Unidos, la crisis política estalló en Irak a horas de la retirada de las tropas norteamericanas. El conflicto comenzó ante la amenaza de renuncia del primer ministro Nuri al Maliki si no se destituye inmediatamente al vicejefe del gobierno Salih al Mutlak, a quien comparó con el extinto Saddam Hussein. Un vocero del partido de Al Maliki dijo al diario bagdadí Al Mada que el jefe de gobierno le aseguró que renunciaría en dos días si el Parlamento no le retiraba la confianza al viceprimer ministro. Al Mutlak, quien pertenece a la alianza secular Al Irakiya, había declarado hace unos días que el chiíta Al Maliki era un dictador peor que Saddam Hussein, derrocado por la invasión de las fuerzas norteamericanas, con la diferencia de que, subrayó, al menos Hussein había mejorado la infraestructura del país.
Como parte de esta previsible crisis política interna tras la reciente retirada de Estados Unidos, en la noche del lunes se emitió una orden de prisión contra el vicepresidente sunnita Tareq al Hashemi, hombre que milita en el mismo partido que Al Mutlak. La televisión estatal, controlada por Al Maliki, informó que a Al Hashemi se lo acusa de participar en un intento de atentado en su contra que se llevó a cabo a fines de noviembre. La emisora Al Irakiya emitió además un audio con supuestas confesiones de ex guardaespaldas del sunnita Al Hashemi, que habrían revelado la participación en ataques terroristas. Sin embargo, no está claro si esas supuestas confesiones fueron forzadas. Al Hashemi, quien se encuentra en territorio kurdo, no fue detenido hasta el momento. Como una medida de urgencia para evitar que la crisis política aumente, el presidente iraquí, el kurdo Yalal Talabani, llamó ayer a todos los presidentes de los partidos a dominarse para no desatar una crisis política.
En su descargo, Tareq al Hashemi defendió su inocencia tras la emisión de una orden de detención en su contra por supuestos delitos de terrorismo. “Juro que soy inocente y no he cometido ningún pecado contra mi país ni contra ningún ciudadano iraquí”, aseguró el dirigente sunnita en una rueda de prensa desde Erbil, capital del Kurdistán iraquí, transmitida por la cadena de televisión Al Bagdadiya.
Para probar su inocencia, Al Hashemi se mostró dispuesto a comparecer ante la Justicia y señaló que no volverá a Bagdad hasta que la situación vuelva a la normalidad en su casa, cercada por tanques y sin la presencia de sus hombres de confianza, que trabajan en su seguridad personal. “Propongo trasladar el proceso en su totalidad al gobierno del Kurdistán iraquí y que asistan a la investigación y al interrogatorio representantes de la Liga Arabe y de la Unión de Abogados Arabes”, instó. Según el vicepresidente, la Justicia en su país está politizada y depende del poder Ejecutivo.
El general Adel Daham, portavoz del Ministerio del Interior, fue quien informó ayer, durante una conferencia de prensa, sobre la orden de detención contra Al Ha-shemi. Daham presentó ante los periodistas los testimonios de tres detenidos, entre ellos dos agentes de policía, que afirmaron que trabajaban para Al Hashemi, quien supuestamente les había dado instrucciones para llevar a cabo operaciones terroristas aprobadas por él mismo. Según las pruebas presentadas, un coronel detenido dijo haber recibido dinero del vicepresidente tras cometer distintos asesinatos con artefactos explosivos y pistolas con silenciador.
A juicio de Al Hashemi, el objetivo de la orden de arresto es perjudicar su imagen como político. A su vez, denunció que las circunstancias del caso son sospechosas, ya que se llevó a cabo un interrogatorio y una investigación en 48 horas sobre unos supuestos crímenes que calificó como “antiguos y complicados”. Al Hashemi defendió a los oficiales de la policía detenidos que trabajaron para él durante algunos años “con responsabilidad y sin violar en ningún momento la ley” y señaló que el hecho de que la investigación se haya realizado en tan poco tiempo significa que las declaraciones de los agentes estaban preparadas antes de su arresto.
Y acusó a algunos componentes del gobierno iraquí de estar relacionados o pertenecer a grupos implicados en ataques con armas con silenciadores o con coches bomba. “¿Por qué se ha callado la Justicia todos estos años y sólo se abren estos temas mientras EE.UU. abandona Irak?”, se preguntó el vicepresidente, ante el repliegue de las tropas norteamericanas. Al Hashemi criticó las declaraciones del presidente de EE.UU. con motivo del retiro de sus tropas. “Me extraña, como vicepresidente de la República de Irak, que Barack Obama pueda decir que ha dejado Irak como un país democrático con una Justicia independiente”, señaló. “Yo le pregunto al señor Obama, como vicepresidente de Irak: ¿de qué democracia está hablando, señor presidente?”, agregó.
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