EL MUNDO › AL MENOS CUARENTA PERSONAS MURIERON A CAUSA DE LOS ATENTADOS

Ola de ataques contra iglesias en Nigeria

El más mortífero de los estallidos tuvo lugar cuando una potente explosión destrozó la Iglesia de Santa Teresa, en las afueras de la capital. El grupo islamista radical Boko Haram lo reivindicó.

Una cadena de atentados explosivos sacudió a Nigeria durante la celebración de misas de Navidad en iglesias católicas, arrojando un saldo de víctimas que se acercaba a los cuarenta fallecidos, según indicaron fuentes hospitalarias y de seguridad. El primero y más mortífero de los ataques tuvo lugar cuando una potente explosión destrozó la Iglesia de Santa Teresa, en las afueras de Abuya, la capital nigeriana, donde los servicios de emergencias informaron que habían rescatado decenas de cadáveres del interior del templo. Poco después de que comenzaran los servicios religiosos, la iglesia fue zarandeada por dos estallidos simultáneos que hicieron volar el tejado del templo, rompieron los cristales de múltiples edificios cercanos y destruyeron algunos vehículos. El grupo islamista radical Boko Haram (término que en lengua de la etnia local hausa significa “la educación occidental es pecado”) reivindicó los ataques.

Las expresiones de rechazo por el brutal ataque no tardaron en llegar. Mientras manifestantes cristianos quemaron neumáticos y gritaron consignas, algunas contra los musulmanes, las autoridades locales exigieron que el presidente convoque a una cumbre de seguridad nacional. El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, cristiano originario del sur, calificó el incidente como desafortunado y aseguró que los Boko Haram no durarán para siempre. En tanto, el coordinador de la Agencia Nacional de Emergencias de Nigeria (NEMA), Slaku Luggard, confirmó la muerte de al menos 39 personas en el atentado, informó la agencia de noticias nigeriana NAN. Toda la zona de las detonaciones fue acordonada por la Policía, que además debió actuar para contener a miles de jóvenes que habían comenzado a bloquear la principal autopista que comunica Abuya con la zona norte del país, de mayoría musulmana.

Lo que tampoco demoró en de-satarse fue la acción de las fuerzas de seguridad, que dispararon sus armas al aire y utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Otras dos explosiones se llevaron a cabo durante el rezo de Navidad en las ciudad de Jos, en el centro del país, y Gadaka, en el noreste. En Jos, donde hace un año varias explosiones similares causaron la muerte de 32 personas, al menos una falleció producto del ataque. El tercer estallido, en Gadaka, causó heridas a varios residentes, mientras la policía de la localidad norteña de Damaturu informaba de un nuevo ataque en el que fallecieron tres agentes de seguridad y un atacante suicida.

El grupo islamista radical reivindicó una serie de atentados, durante los últimos meses, en una región remota situada al noreste del país africano. El pasado 26 de agosto, el grupo asumió la autoría del ataque contra un edificio de Naciones Unidas en Abuya, que acabó con la vida de una veintena de personas. Boko Haram, que se autodefine como “los talibán nigerianos”, fue creado en 2002 y tiene como objetivo la aplicación estricta de la sharía, o ley islámica, en Nigeria. Por su parte, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, condenó los atentados perpetrados y señaló que, desgraciadamente, “este caso es una nueva muestra de la crueldad y el odio ciego y absurdo que no muestra ningún respeto por la vida humana y busca provocar y alimentar más odio y confusión”.

“Estamos con los sufrimientos de la Iglesia y de todo el pueblo nigeriano, puesto a prueba por la violencia terrorista en estos días que deberían ser de alegría y de paz”, agregó el religioso. Lombardi aseguró asimismo que desde el Vaticano rezan por las víctimas y señaló que esta violencia sin sentido no puede socavar la voluntad de convivencia pacífica y diálogo en el país.

La Casa Blanca también salió a repudiar los atentados. “Condenamos esta violencia sin sentido y la trágica pérdida de vidas humanas el día de Navidad”, dijo en un comunicado Jay Carney, portavoz del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Carney ofreció sus condolencias a Nigeria y a los familiares de las víctimas. “Estuvimos en contacto con funcionarios nigerianos por lo que en principio parecen actos terroristas y prometimos asistirlos para llevar a los responsables ante la Justicia.”

El ministro de Relaciones Exteriores italiano, Giulio Terzi, también condenó el atentado y lo calificó como un “vil ataque” e instó a las autoridades nigerianas a investigar los hechos para “garantizar un clima de respeto para todos las creencias religiosas”.

El año pasado murieron al menos 80 personas como consecuencia de los ataques perpetrados durante las festividades navideñas. Con 150 millones de habitantes, Nigeria es el país más poblado del continente africano. En el sur vive una mayoría cristiana, mientras quienes residen en el norte pertenecen a una mayoría musulmana. En las últimas semanas, el gobierno habría aumentado su ofensiva contra las agrupaciones rebeldes que se encuentran en el norte del país. Según los medios nigerianos, desde el pasado jueves murieron al menos 50 miembros de estos grupos.

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El grupo Boko Haram se adjudicó las explosiones.
Imagen: EFE
 
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