Las tropas sirias continuaban ayer un feroz asedio en ciudades y pueblos, desafiando la condena internacional y una creciente amenaza explícita de que gobiernos árabes podrían armar a las fuerzas de la resistencia en caso de que no cese la represión. Al menos seis personas murieron en la ciudad occidental de Homs, donde las fuerzas del presidente Bashir al Assad mantienen un asedio desde hace 11 días. El ministro de Exteriores francés anunció ayer el envío de una ayuda humanitaria de un millón de euros.

También hubo un éxodo de residentes de Rankous, un pueblo cerca de Damasco asediado por el fuego de artillería de las tropas sirias. Mientras tanto, un embajador anónimo citado por la agencia de noticias Reuters ofició de vocero para la Liga Arabe. Dijo que habrá apoyo material y político a las fuerzas opositoras, sugiriendo un probable suministro de armas. “Apoyaremos la oposición financiera y diplomáticamente al comienzo pero, si las matanzas del régimen continúan, los civiles deben ser ayudados para que se protejan a sí mismos”, dijo el embajador.

“La resolución de la Liga Arabe les da a los Estados árabes todo tipo de opciones para proteger a los sirios”, afirmó. También existen informes acerca de traspaso de armas en el interior de Siria, provenientes de regiones fuertemente sunnitas en Irak. Esas declaraciones provocaron la inmediata reacción en Washington. La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, dijo ayer que facilitar armas a la oposición siria para que haga frente a la represión del régimen de Bashir al Assad no es la solución y que es necesaria una transición pacífica.

“Seguimos creyendo que enviar armas a Siria no es la respuesta. Silenciar las armas es la respuesta y es la dirección en la que trabajamos”, indicó Nuland.

Desde Homs, donde se calcula que murieron 400 personas desde que el régimen comenzó el asedio el 3 de febrero, habló a Reuters el activista Hussein Nader. “Atacan los mismos lugares muchas veces de forma consecutiva, haciendo imposible salir de ahí”, informó. “El asedio fue persistente por la mañana y ahora disparan un cohete cada 15 minutos, aproximadamente. Los residentes están atrapados.”

Otro activista en la ciudad, Mohammed al Homsi, dijo que había escasez de energía y alimentos, mientras que los precios se triplicaban y las fuerzas del régimen pusieron controles policiales en los barrios opositores. Por su parte, Francia destinó un millón de euros de ayuda humanitaria de urgencia a Siria para financiar a asociaciones y ONG que trabajan en ese país, informó ayer el ministerio galo de Exteriores.

El anuncio se hizo después de que el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé, recibiera en París a las principales organizaciones internacionales y no gubernamentales francesas activas en Siria en el campo de la ayuda humanitaria y de los derechos humanos, según señaló su departamento en un comunicado. Este paso se da después del fracaso en que consistió la aprobación de una resolución contra Siria en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, debido al veto de China y Rusia. El canciller de ese país, Sergei Lavrov, se reunirá con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para discutir la situación siria. Lavrov estuvo en Damasco la semana pasada, donde fue recibido por una multitud con banderas de Siria, que le agradecían el veto ruso en el Consejo de Seguridad.

En Nueva York, los diplomáticos dijeron que mañana la Asamblea General de la ONU podría aprobar una resolución que pida al gobierno que termine con los ataques contra civiles.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Juan Nicenboim.