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Desde París

El presidenciable favorito francés, François Hollande, amenazó con imponer un impuesto del 75 por ciento a los más ricos, provocando una tormenta política en la víspera de su visita de un día a Londres hoy. En un espectacular gesto hacia los votantes de izquierda, el candidato moderado socialista dijo que impondría un aumento impositivo sobre ganancias marginales por encima de un millón de euros si es electo presidente el 5 de mayo.

La propuesta, que tomó por sorpresa aun a algunos de los altos partidarios de Hollande, tuvo la intención de arrebatarle impulso al presidente Nicolas Sarkozy, que ha estado dejando caer nuevas iniciativas diariamente desde que entró en carrera hace dos semanas. El candidato socialista, todavía el favorito en las nuevas encuestas publicadas ayer, dijo que el superimpuesto a aquellos que ganan “cien veces el salario mínimo” será un acto de “justicia social” y de “patriotismo”.

Los opositores condenan el aumento del 75 por ciento como una idea “absurda”, soñada en el frenesí por una victoria electoral, que recaudaría muy pocas ganancias extras y haría que los creadores de riqueza se fueran de Francia. El presidente Sarkozy acusó a Hollande de “improvisación” y “amateurismo”. “Ni un solo político en el mundo, ni uno solo, piensa que es una buena idea”, dijo.

El “75 por ciento” del superimpuesto haría que Francia fuera el lugar menos confortable para ser rico en la Unión Europea. Como mucho, 30.000 personas y quizás tan pocos como 6000 resultarían afectados. El alto impuesto sería sólo para aquellos que ganan sobre un millón de euros (dos millones para una pareja casada). Las ganancias hasta esas cifras tendrían un impuesto en una escala descendente hasta el 41 por ciento.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.