Desde Roma

Los cerca de diez millones de italianos que van a las urnas este fin de semana, prácticamente al mismo tiempo que se vota en Francia, Grecia y Alemania y mientras se producen movimientos de protesta en Rumania, “podrían darnos algún indicio sobre la posibilidad de iniciar una fase de cambios a nivel europeo”, estimó Pier Luigi Bersani, del Partido Democrático italiano.

Secretario del partido progresista más numeroso de Italia, heredero a su vez del más importante partido comunista que tuvo Europa el siglo pasado, Bersani hizo críticas a la derecha, pero defendió al gobierno de Mario Monti, en un encuentro con periodistas de la prensa extranjera ayer en Roma. Al contrario de lo que dicen algunos partidos europeos y latinoamericanos, el gobierno provisorio de Monti “no es el gobierno de los bancos en absoluto –dijo Bersani al ser interrogado por Página/12–. Los partidos latinoamericanos hablan, pero algunos apoyaron a Berlusconi. Nosotros vimos que la situación de Italia era dramática, por eso apoyamos a este gobierno, colocándonos incluso en una situación incómoda. Monti de todas maneras tiene suficiente credibilidad como para tener a nuestro país alejado de la debacle”.

Desde que Monti asumió, en diciembre pasado, en efecto, Bersani ha participado con el secretario del Pueblo de la Libertad, el partido de Silvio Berlusconi, y los exponentes del centro de las reuniones con el gobierno para ir afinando los cambios y ajustes necesarios para sacar a Italia de una de las más importantes crisis de los últimos 60 años. “Italia tiene necesidad de que Monti la lleve a un punto en el que se pueda hacer un pacto entre los partidos y constituir una democracia en condiciones de caminar. Hay mucho populismo dando vueltas y hay que evitar que crezca y se desarrolle”, agregó. Y más adelante, en tácita alusión al gobierno de Berlusconi, señaló que en Italia “al populismo lo hemos visto en el gobierno y eso ha debilitado el sistema político”.

Nacido en Bettola, una localidad del norte de Italia, en 1951, Bersani estudió Filosofía en la Universidad de Bolonia y desde joven se dedicó a la política. Fue varias veces ministro durante los dos gobiernos del primer ministro Romano Prodi y en 2001 fue elegido diputado. Desde 2009 es secretario el Partido Democrático.

Según el dirigente del PD, antes de la actual crisis, es decir en torno de 2007-2008, ocurrió un fenómeno “significativo” en Italia. Frente a la globalización, “la derecha ganó por todos lados”. Criticar la globalización y generar el pánico en cuanto a sus efectos, como la llegada de los inmigrantes sobre todo africanos, fue su pan de cada día. Pero la respuesta que dio a estos problemas resultó ser muy ineficaz.

En la actual situación, “los progresistas europeos estamos luchando en cambio por otra plataforma, para sostener las inversiones y evitar que toda la deuda pública se descargue sobre el mundo del trabajo, entre otros puntos. Por eso, mucha gente tiene las esperanzas depositadas en la victoria del socialista Hollande en las elecciones presidenciales de Francia”, subrayó.

Por otra parte, el dirigente político se dijo de acuerdo con la aplicación de un impuesto a las transacciones financieras, así como con la firma de acuerdos con algunos países como Suiza, para evitar la evasión fiscal. “Es necesario que el mundo de las finanzas pague un poco por lo que ha provocado”, dijo en alusión a la reciente crisis mundial. La victoria de Hollande pondría a Europa en condiciones de discutir grupalmente estos temas, aclaró.

Pero Bersani descartó completamente que su partido quiera promover elecciones en octubre, como algunas versiones periodísticas habían asegurado. “No quiero ganar las elecciones sobre las ruinas de mi país”, dijo, agregando que hacer elecciones nacionales –previstas para 2013– en este momento podría desestabilizar todo.

Aunque reconoció algunos errores en la marcha del PD de los últimos años, Bersani no perdió la oportunidad de subrayar la importancia de su partido y de tomarle el pelo a su principal adversario, Berlusconi, que ante la crisis de los partidos está intentando cambiar el nombre del suyo. “Nosotros creemos que nuestro sello está destinado a ser valorizado, mientras ellos tienen uno (primero Forza Italia, luego Pueblo de la Libertad) para tirar a la basura. Por eso Berlusconi trata ahora de cambiar. Yo le propuse que le ponga ‘Viva la Mamma’, dando a entender que por ahí tiene suerte porque es una cosa muy italiana.”

Bersani no tiene miedo de que el descreimiento en la política, que está invadiendo los países europeos, sea un problema en Italia y pueda provocar, entre otras cosas, un aumento de la gente que vota el centro. “El bipolarismo es casi instintivo en Italia. Esto no quiere decir que el centro no pueda tener un lugar. Francamente veo un espacio para el centro, pero no me asusta su crecimiento.”

La gran incógnita, de todas maneras, y un posible importante indicador pueden ser las elecciones municipales del domingo y el lunes. “Pese a que hemos percibido mucha desconfianza en la gente, hemos batallado contra la derecha, que por lo demás parece muy descompaginada. Tengo muchas esperanzas en el resultado que obtendrán nuestros candidatos”, concluyó.