EL MUNDO › COMPROMETEDOR TESTIMONIO DEL PRIMER MINISTRO BRITANICO ANTE LA COMISION LEVESON

Cameron quedó pegado al grupo Murdoch

“No sólo somos amigos. Te apoyo totalmente. A nivel profesional estamos definitivamente juntos en esto”, le escribió a Cameron la entonces editora del News of the World, Rebekah Brooks, a meses de las elecciones generales.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

El primer ministro británico, David Cameron, prestó testimonio durante cinco horas ante la Comisión Leveson y quedó más pegado que nunca al grupo Murdoch. Un mensaje de texto de 87 palabras de la mano derecha de Ruppert Murdoch, Rebekah Brooks, decía más que decenas de testimonios ante la comisión investigadora sobre la relación de los medios y el mundo político. “No solo somos amigos. Te apoyo totalmente. A nivel profesional estamos definitivamente juntos en esto”, le escribió Brooks a Cameron a meses de las elecciones generales.

En un momento de visible nerviosismo, el primer ministro vaciló cuando le preguntaron si se encontraba con Brooks todos los fines de semana. “Tendría que fijarme. No creo que cada fin de semana. Ni siquiera la mayoría de los fines de semana. Depende”, dijo el primer ministro. La pregunta se refería a sus encuentros entre 2008 y 2009, período clave en el que el periódico más leído del Reino Unido, el The Sun, decidió retirar su apoyo a los laboristas y concedérselo a los conservadores.

David Cameron y Rebekah Brooks son vecinos. Charlie Brooks, marido de la ex editora del The Sun y ex directora ejecutiva de News International, fue compañero del primer ministro en Eton, la exclusivísima escuela privada británica a la que suele asistir la realeza, la aristocracia y los millonarios con ansias de figuración social. Hoy esa amistad es un hierro que quema. Charlie y Rebekah Brooks están imputados de “obstruir la Justicia” ocultando pruebas a la investigación policial sobre escuchas telefónicas. Con un espectacular sentido de la oportunidad, el juicio a ambos comenzó el miércoles, en vísperas de la comparecencia de Cameron ante la Comisión Leveson. Cuando la misma Brooks prestó testimonio ante la comisión, en abril, señaló que durante la campaña electoral de 2010 intercambiaba con Cameron un par de mensajes de texto semanales.

Rebekah Brooks no era el único referente de este vínculo. La decisión del primer ministro de nombrar a Andy Coulson como su jefe de prensa poco después de que renunciara como editor del News of the World por el escándalo de las escuchas es una sombra que amenaza hace rato a su gobierno. Como Brooks, Coulson está imputado por el tema de las escuchas, en su caso por perjurio ante la Corte. Cameron reconoció ante la Comisión Leveson que el nombramiento era “controversial”, pero aseguró que el mismo Coulson, que siempre negó haber ordenado escuchas, le había asegurado que no tenía nada que ocultar. Según el primer ministro, cuando en 2009 una investigación del matutino The Guardian reveló que el News of the World había realizado escuchas ilegales de unas tres mil personas, Cameron volvió a formularle la misma pregunta y obtuvo igual respuesta.

En mayo de 2010, cuando los conservadores ganaron las elecciones, el primer ministro lo nombró jefe de prensa. Coulson no fue sometido al chequeo de seguridad que le correspondía a su importancia en el gobierno, sino a un examen mucho más básico, pero Cameron negó ante la comisión que esto fuera inapropiado. En enero de 2011, cuando el escándalo creció como una bola de nieve, Coulson se vio obligado a renunciar. En ese momento, Cameron lo defendió. Ante la comisión, luego de dos arrestos y una imputación, el primer ministro se vio obligado a justificarse diciendo que “uno toma decisiones sin saber exactamente qué va a pasar”.

Esta apelación al error humano lo deja mal parado. Entre 2007 y 2011, el primer ministro enfrentó numerosos cuestionamientos y no solo de la oposición: los propios conservadores no estaban muy convencidos con Coulson. Hoy el ex editor del News of the World se ha convertido en su primera línea de defensa. Mucho más peligroso que una “decisión equivocada” es la sospecha que ha sobrevolado durante los siete meses que lleva funcionado en pleno la Comisión Leveson sobre un pacto con el grupo Murdoch de cara a las elecciones de 2010. Cameron fue enfático en su testimonio ante la comisión. “No hubo ningún pacto explícito, implícito o nada que se le parezca. Buscamos el apoyo de los editores de los diarios procurándolos convencer de los méritos de nuestra política. Jamás ofrecimos algo a cambio”, dijo. El problema es que la catarata de mails, mensajes de texto, cenas, nombramientos y amistades subrayan una y otra vez la existencia de profundos vasos comunicantes entre ambos.

Los hechos tienen su propio peso. Desde que asumieron, en mayo de 2010, los conservadores redujeron drásticamente el financiamiento de la BBC y de Oxfcom, ambas bestias negras de los Murdoch, que detestan la competencia de la corporación pública y cualquier tipo de regulación de los medios. A la hora de decidir sobre la oferta de BSkyB terminaron nombrando como veedor de la oferta al ministro de Cultura, Jeremy Hunt, a pesar de que se había mostrado totalmente a favor de la misma. Cuando la comisión le preguntó a Cameron sobre este nombramiento, el primer ministro recurrió al tradicional “no recuerdo si leí o no leí las declaraciones a favor de la oferta” de Hunt. Con tres investigaciones policiales en marcha y la Comisión Leveson a todo vapor, el escándalo de las escuchas telefónicas y sus lazos con el grupo Murdoch no le van a dar respiro.

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Cameron abandona el Tribunal Supremo tras testificar sobre sus vínculos con el grupo Murdoch.
Imagen: EFE
 
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