EL MUNDO › EL PARTIDO COMUNISTA IRAQUI SE AGRUPA Y REIVINDICA SU LUCHA
Volvieron las banderas rojas a Bagdad
Por G.A.*
Desde Bagdad
Un viejo edificio militar del centro de Bagdad ha sido ocupado y está lleno de banderas rojas. En su fachada pueden leerse lemas como: “Patria libre y próspera nación”, “Viva el primero de mayo, la fiesta de los trabajadores del mundo”. La actividad en la sede del Partido Comunista Iraquí (PCI) aumenta día a día. Han impreso pegatinas y posters, tienen su propio diario, El camino del pueblo, y hasta su página web, www.iraqcp.org. Hace 10 días el edificio era un caos; ahora, apenas al entrar, hay una serie de mesas con personas que apuntan a todos aquellos que quieren sumarse. “Me llamo Alí, sin apellidos. Aquí, mientras el dictador esté vivo, sólo utilizamos nuestros nombres”, dice uno de los responsables.
Han organizado un Comité Central, tienen delegados regionales y locales y, sobre todo, una larga tradición de resistencia. Su lema es “Una lucha de 69 años”. Sus imágenes, un puño en alto o un cuadro naïf con figuras que representan a todos los sectores de la sociedad iraquí, tienen sabor más antiguo que su discurso. “Hemos luchado por la libertad durante 70 años y por eso creemos que llegará por fin la democracia a Irak”, dice Shaker, el secretario general, en un inglés perfecto. Su discurso es claro: el PCI abolió el leninismo en 1993, creen en la diversidad étnica de Irak, respetan todos los credos religiosos, les gustaría asociarse con los partidos socialdemócratas europeos y árabes. “Nuestra apuesta es por un Irak federal y democrático”, dice Shaker.
Como muchos de los miembros del partido, que volvió a emerger cuatro días después de la caída del régimen de Saddam, Shaker conoce la clandestinidad y la cárcel. Dice que tuvo que vivir escondido durante años. Ahmed, de 56 años, relata la historia de un hermano que desapareció en 1980; Alí, de 43, la de un primo ejecutado; Samura, una elegante mujer de 40 años vestida de forma occidental, cuenta que fue detenida en 1981 y liberada tres días más tarde gracias a contactos familiares. Salió de Irak para regresar hace menos de tres semanas, cuando se derrumbó el régimen.
Ninguno de ellos quiere hablar del papel que este partido jugará en el futuro de Irak, aunque aseguran que no quisieron trabajar con los estadounidenses porque están en contra de la guerra. Otros iraquíes desconfían del partido comunista por motivos religiosos. Su enorme capacidad de resistencia juega a su favor: fundado en 1934, creó su primer Comité Central en mayo de 1935. El camarada Fahd, Yusuf Salman Yusuf, impulsó su base social en los años ‘40 y amplió su actividad en las zonas kurdas del norte del país. Durante la dictadura de Abs Al Karim Qasim, la represión contra los comunistas fue salvaje: sólo en el año 1963 fueron asesinados 3000 miembros. En los ‘70, la cooperación entre la URSS e Irak era estrecha, pero el PCI estaba en la línea de mira del régimen, aunque oficialmente sus relaciones eran buenas. A principios de 1978, Saddam lanzó una campaña de represión contra los comunistas.
En la sede los saludos son con el puño en alto, muchos llevan chapas en la solapa. El jueves, 1° de mayo, organizaron una pequeña manifestación con banderas rojas en la Plaza del Paraíso, ante los hoteles Palestina y Sheraton. Mafi Abú, encargado del barrio bagdad de Resufi, muestra orgulloso las listas con las personas que se han apuntado sentado en su pequeño escritorio. “Viene gente de todas las clases y religiones. También muchas mujeres, porque uno de nuestros objetivos es que formen parte de la vida pública”, dice, como si ya estuviese en campaña.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.