Miércoles, 26 de diciembre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › TRIUNFó EL Sí A LA NUEVA CONSTITUCIóN IMPULSADA POR EL GOBIERNO DE LOS HERMANOS MUSULMANES
Para el presidente Mursi, esto zanja la batalla por la Carta Magna del Egipto post revueltas, pese a que la oposición impugna el resultado. Para los laicos y cristianos, el nuevo texto constitucional restringe libertades civiles y derechos de las mujeres y las minorías.
La Comisión Electoral egipcia anunció el triunfo del Sí, con un 63,8 por ciento de los votos, en el referéndum celebrado el 15 y 22 de diciembre. Para los islamistas, esto zanja la batalla por la Carta Magna del Egipto post revueltas pese a que la oposición impugna el resultado. En una rueda de prensa, el presidente de la comisión, Samir Abu al Maati, hizo público el resultado definitivo de la votación tras revisar las denuncias presentadas por irregularidades, confirmando los datos no oficiales que habían sido difundidos el domingo por los Hermanos Musulmanes y la prensa estatal. Al Maati dijo también que la participación en el plebiscito fue del 32,9 por ciento. Según los datos difundidos ayer, en la consulta participaron poco más de 17 millones de electores de los casi 52 millones de egipcios habilitados para sufragar.
El presidente de la comisión subrayó asimismo que el referéndum se celebró bajo una supervisión judicial completa, pese a que algunas importantes asociaciones de jueces decidieron boicotearlo debido a las últimas decisiones del presidente. La Carta Magna, su elaboración y posterior consulta ciudadana polarizó a la nación y desató la peor ola de violencia política callejera desde que Mursi asumiera como primer presidente de Egipto electo democráticamente en junio.
De un lado de la división se encuentran Mursi, su movimiento islamista Hermandad Musulmana y otros islamistas más conservadores, los salafistas, mientras que en la vereda de enfrente están laicos y cristianos que dicen que la Constitución restringe libertades civiles y derechos de las mujeres y minorías. Para los seguidores del presidente, en cambio, la Constitución corona el proceso de transición a la democracia que Egipto comenzó a desandar luego del derrocamiento del autocrático ex mandatario Hosni Mubarak en una revuelta popular en febrero de 2011.
El Frente de Salvación Nacional (FSN), que aglutina a gran parte de la oposición no islamista egipcia e impugna el proyecto de Carta Magna, rechazó la transparencia del proceso, aseguró que hubo fraude, presentó las irregularidades ante la Fiscalía General y advirtió que tratará de cambiar esta Constitución a través de los medios democráticos. Y solicitó el “no” en el referendo porque opina que la redacción del borrador de la Constitución estuvo monopolizada por los islamistas y alegan que recorta derechos y libertades, además de abrir la puerta a una interpretación islamista de la ley.
Anteayer, en una rueda de prensa en El Cairo, varios dirigentes del FSN explicaron que esa fuerza considera que el resultado a favor del proyecto de Carta Magna se debe al fraude, las violaciones y las irregularidades detectadas durante las votaciones. Por la celeridad de la convocatoria, ninguna organización internacional vigiló la consulta ciudadana, aunque sí lo hicieron algunas ONG egipcias, la mayoría de las cuales solicitó públicamente la repetición del proceso a causa del fraude.
Entre las infracciones más comunes citadas por los observadores estuvo la realización de campaña en las mezquitas y dentro de los propios colegios electorales, así como la falta de jueces confiables que garantizaran la limpieza del escrutinio. “Continuaremos luchando para hacer caer esta Constitución a través de medios pacíficos”, proclamó previo al resultado difundido ayer Amr Hamzawy, ascendente figura política liberal egipcia, de cara a las elecciones legislativas, previstas para dentro de un par de meses.
Se espera que la consulta ponga fin a la violencia y manifestaciones de las últimas semanas, que provocaron batallas campales entre islamistas y laicos y dejaron decenas de muertos. La implementación de la Constitución derogará el decreto que otorgaba a Mursi un poder cuasi absoluto, que motivó la enésima crisis política del Egipto post revolucionario. Hasta que el escrutinio disponga la composición de la nueva Asamblea Popular, el Poder Legislativo pasará de las manos de Mursi a las del Senado, donde las diversas corrientes islamistas gozan también de una amplia mayoría.
Por otro lado, Estados Unidos llamó a Mursi a trabajar para generar consensos tras la aprobación de la Constitución. “El futuro de la democracia de Egipto depende de forjar consensos amplios detrás de sus nuevas reglas e instituciones democráticas”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell.
“El presidente Mursi tiene una responsabilidad especial de moverse hacia adelante de una manera que reconozca la necesidad urgente de poner fin a las divisiones, construir confianza y ampliar el apoyo al proceso político”, agregó. Washington apoyó a Egipto en su camino hacia la democracia después del derrocamiento de Mubarak, dijo Ventrell, al tiempo que advirtió que las opiniones de la oposición no deben ser silenciadas.
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