El nacionalista de centroderecha Artur Mas tomó posesión como presidente del gobierno regional de Cataluña, apoyado por los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). En el acto de asunción, que tuvo lugar anteayer, el líder de Convergencia i Unió (CiU) aseguró que esta segunda legislatura no será de ruptura, sino una evolución de la anterior y prometió el cargo con plena fidelidad al pueblo de Cataluña. El 129º presidente de la Generalitat fijó entre sus objetivos mantener la cohesión social, recuperar la economía y garantizar que el pueblo catalán pueda decidir su futuro.

El pacto alcanzado con el ERC, que le permitió formar gobierno, ya que en las elecciones perdió doce diputados y quedó muy lejos de la mayoría absoluta, incluye la celebración en 2014 de una consulta soberanista y la entrada en vigor de nueve nuevos impuestos, incluido uno sobre los depósitos bancarios, recurrido ayer por el gobierno español ante el Tribunal Constitucional. El gobierno español recordó a las autoridades regionales catalanas que una consulta como la que pretende llevar a cabo no está contemplada en la Constitución, por lo que sería ilegal.

La comunidad autónoma de Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, aporta el 18 por ciento al PIB español y es una de las más ricas de España, aunque este año tuvo que recurrir al fondo de rescate creado por el gobierno español para las regiones con problemas de financiación para pedir prestados más de 5000 millones de euros. Los nacionalistas catalanes sostienen que aportan más de lo que reciben de las arcas del Estado, por lo que poco antes de la convocatoria de las elecciones, adelantadas dos años, Mas pidió a Rajoy un trato fiscal diferenciado, que el mandatario finalmente rechazó.

La primera legislatura de Mas estuvo marcada por la crisis económica y la necesidad de reducir el déficit, que le obligó a acometer fuertes recortes en sanidad y educación. El ERC no comparte la política de recortes llevada a cabo por el gobierno regional en la anterior etapa.

Sobre la senda soberanista emprendida por Cataluña, Rajoy aseguró en una entrevista publicada ayer por el diario El Mundo que la observa con la tranquilidad que da el saber que “todos estamos sometidos al imperio de la ley” y con la preocupación de que lo que se está produciendo es malo para Cataluña y es malo para el conjunto de España. También dijo que le gustaría que Artur Mas rectificara, lo que sería bueno para Cataluña y para toda España. “Es una situación compleja y difícil. Y yo estoy dispuesto a ayudar a superarla. Lo único que tengo que decir es que la ley nos obliga a todos”, remató el líder del gobernante Partido Popular.

En su tradicional mensaje de Nochebuena, en el que se dirigió al país por televisión, el rey Juan Carlos de España reivindicó anteayer la política con mayúsculas como instrumento para que el país salga de la crisis. En algún pasaje de su discurso, el monarca pareció referirse, con alusiones sutiles, al reto independentista lanzado por Mas. Así, habló del “respeto a las leyes y los cauces democráticos” y de valores “como el respeto mutuo y la lealtad recíproca”.