Viernes, 11 de enero de 2013 | Hoy
EL MUNDO › UNA MULTITUD APOYO EL NUEVO MANDATO EN VENEZUELA, PESE A QUE LA JUSTICIA POSTERGO LA CEREMONIA DE ASUNCION
El vicepresidente venezolano Nicolás Maduro encabezó el acto de lealtad a Chávez y recibió el espaldarazo de varios líderes de la región, entre ellos José Mujica y Evo Morales. En todo momento, Maduro interpeló al pueblo.
Por Mercedes López San Miguel
La multitudinaria convocatoria de ayer en el centro de Caracas expresó el apoyo al convaleciente presidente Hugo Chávez de los venezolanos, quienes afirmaron que podían esperar la juramentación de su líder, aunque no haya plazos estipulados. La manifestación en los alrededores del Palacio de Miraflores se dio en medio de la queja de los opositores, que señalan de incorrecta la interpretación que se hace de la Carta Magna.
Ayer, el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro encabezó el acto de lealtad a Chávez y recibió el espaldarazo de varios líderes de la región, entre ellos José Mujica y Evo Morales. En todo momento, Maduro interpeló al pueblo, un modo que se pareció bastante al del presidente enfermo. “Nosotros somos soldados militantes hijos e hijas leales a Chávez. A la derecha, que anda loca, le decimos que no se equivoque: esta revolución tiene sus motores prendidos.”
Maduro es quien continúa gobernando en Caracas hasta que el líder bolivariano asuma ante el Tribunal Supremo de Justicia o hasta que se declare la ausencia del mandatario. Mucho se dijo por estos días que existe una rivalidad tácita entre él y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Por eso, no bien empezó a hablar, Maduro saludó a Cabello, un dirigente más cercano al sector militar dentro del chavismo: “Un aplauso para el camarada Diosdado, un aplauso para todo el equipo del nuevo período de batalla y de gobierno”. La tribuna aplaudió y gritó: “¡Nicolás, Nicolás!”. Es que Chávez, antes de partir a La Habana para someterse a una nueva operación, designó a Maduro como su delfín de forma categórica. El mandatario fue intervenido el pasado 11 de diciembre y permanece en tratamiento post-operatorio en la isla.
Siguió Maduro dirigiéndose a las decenas de miles de simpatizantes, en su mayoría vestidos con remeras rojas, que llevaban banderas venezolanas, cubanas, fotos de Chávez e imágenes de Simón Bolívar. “Le estaba diciendo al compañero Diosdado que al artista Winston (Vallenilla), por ir una vez al acto fundacional de la Celac, las hordas de intolerantes fascistas le cayeron a decirle de todo. Bienvenido, Winston, a esta batalla por la patria de Chávez.” “¡Winston, Winston!”, coreó el público, en referencia al maestro de ceremonias que venía animando el acto vestido con una remera que tenía estampada la mirada de Chávez.
El vicepresidente confesó que le costó dormir pensando en los últimos acontecimientos: “Hemos vivido estas horas con mucha emoción, recordando tantas luchas al lado de nuestro comandante, pensando en nuestro pueblo que lo tiene como ejemplo supremo”. La mención al presidente fue casi una constante en su discurso. “Han pasado 30 días de la operación, él se encuentra en batalla. Le decimos: comandante, tranquilo, aquí tiene un gobierno y un pueblo revolucionario respaldándolo. Y las fuerzas armadas, ven el vuelo de los aviones Sukhoi, dan un mensaje muy claro que apunta a la unión cívico-militar.”
Se interrumpió su discurso con el cantito “Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro”.
En un momento, el vicepresidente les agradeció a los venezolanos que apoyan el proceso bolivariano por haberse levantado temprano a copar las principales avenidas de la capital. “No eran las ocho de la mañana y nuestro pueblo guerrero estaba en la calle desde el (barrio) 23 de Enero, desde Catia y desde (los estados) Guayana, Táchira, Zulia.” Eso le dio pie para que pusiera énfasis en recordar la victoria del 16 de diciembre, cuando el oficialismo ganó 20 de las 23 gobernaciones.
Entonces Maduro se puso serio y dijo que la prensa internacional miente. “La prensa del mundo miente todos los días sobre la realidad de la Revolución Bolivariana. Vienen preocupados porque dicen que la revolución se acabó. Esta revolución tiene sus motores prendidos. Hoy estamos más fuertes que nunca. Por donde nos busquen, la ganamos. Aquí estamos listos.”
El vicepresidente ejecutivo y principal orador en el acto que lanzó el nuevo mandato de Chávez, se refirió directamente a la oposición, liderada por Henrique Capriles y reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). “Ellos, los de la MUD, se están haciendo los locos, como que no hubiera pasado nada. Venimos de dos victorias”, dijo en referencia al triunfo presidencial del 7 de octubre y al de las gobernaciones. Y les advirtió que tomará acciones contundentes si no reconocen al gobierno.
La oposición se quejó de que la asunción sin jura de Chávez no es constitucional. El gobierno venezolano se basó en el artículo 231, que señala: “Si por cualquier motivo sobrevenido el presidente no pudiese tomar posesión el 10 de enero ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo”. Para la oposición, ese juramento tendría que hacerse también el mismo día.
Ante la consulta de por qué el oficialismo no utilizó la figura de “ausencia temporal”, tal como aparece en el artículo 234 –que prevé plazos de 90 días prorrogables a otros 90 días para que el presidente sea reemplazado por el vice–, el abogado Manuel Badel, quien formó parte de la redacción de la Constitución plebiscitada en 1999, dijo a Página/12 que no era necesario. “No hay motivo para declarar la ausencia temporal, porque la juramentación puede ser diferida para que el mandatario asuma ante el Tribunal Supremo. Chávez está en ejercicio del cargo desde Cuba y con una ausencia territorial, que es física y transitoria.”
Pero, ¿no se está alterando el orden constitucional al permitir que Chávez reasuma un nuevo período sin expresar públicamente su aceptación del cargo? “El Derecho es susceptible a interpretaciones. La última interpretación legal es la del Tribunal Supremo, que ya falló avalando la postergación de la jura”, señaló el constituyente chavista.
Es cuando surge la pregunta de cuánto se puede extender esta coyuntura. Badel explicó que existen plazos: “La Asamblea Nacional le otorgó un permiso a Chávez que puede ser prorrogable por unos 90 días. En mi opinión no va a rebasar los seis meses, e intuyo que cuando regrese el propio Chávez hablará y va a renunciar; lo digo desde una convicción interna”. Si ése fuera el escenario, se llamaría a elecciones anticipadas. La idea del chavismo es postergar todo lo posible ese momento.
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