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Los lectores italianos hoy no tendrán diarios. La Federación Nacional de Periodistas italianos (FNPI) realizó ayer una huelga de 24 horas a escala nacional para protestar por las amenazas a la libertad de prensa y contra la monopolización de medios de comunicación por parte del primer ministro y magnate mediático, Silvio Berlusconi. De fondo, el gobierno impulsa una ley sobre el sistema de comunicación que facilitaría la concentración de los medios en pocas manos. La huelga general fue decidida tras la renuncia a comienzos de mes de Ferrucio De Bortoli, director general del Corriere della Sera, quien denunció presiones a lo largo de sus seis años a la cabeza del rotativo de más circulación del país.
El sindicato de prensa expresó en un comunicado “su total solidaridad con los periodistas del Corriere” y “su fuerte preocupación por los ataques contra la libertad de prensa”. También se ha acusado a Berlusconi de querer expandir su imperio mediático con la adquisición de acciones de ese periódico. La oposición de izquierda acusó al premier de haber ejercido presiones para que el diario moderara sus críticas contra el gobierno. “La FNPI decidió la huelga general porque en muchas empresas de comunicación es cada día más difícil producir una información correcta, sin condiciones”, sostuvo la FNPI en un comunicado. “Una situación que no es nueva –agregó– pero que corre el peligro de agravarse debido a que no se ha resuelto el problema del conflicto de interés con el primer ministro y el proyecto de ley sobre el sistema de comunicación.”
El paro, que había sido decretado para el 6 de junio, fue aplazado debido a las elecciones locales parciales que se celebraron el 8 y 9. La victoria del opositor Olivo de centroizquierda en las elecciones parciales, consumada en la segunda vuelta que se celebró este domingo y lunes se fraguó, sobre todo, en la provincia de Roma y en la región nororiental de Friuli-Venezia-Giulia, en manos hasta ahora de la alianza conservadora. Berlusconi, magnate de las comunicaciones, considerado el hombre más rico de Italia, es propietario a través del holding de familia, Fininvest, de tres canales de televisión. Asimismo es dueño de un diario, un semanario, de la casa editorial Mondadori, además de tener intereses en el sector inmobiliario, financiero y de seguros.