Jueves, 21 de febrero de 2013 | Hoy
EL MUNDO › DURA RéPLICA AL DISCURSO DEL ESTADO DE LA NACIóN DEL PRESIDENTE ESPAñOL
Rajoy dijo que evitó el naufragio, pero el líder del socialismo, Pérez Rubalcaba, le pidió la renuncia y lo responsabilizó por la crisis financiera, el desempleo y denuncias de corrupción que sacuden al partido oficialista.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, defendió ayer su primer año de gestión y aseguró que se evitó “el naufragio” del país. Además anunció una nueva batería de iniciativas para combatir el desempleo. El discurso cosechó críticas de la oposición, que volvió a exigir su dimisión en el actual contexto de crisis financiera, el desempleo record y las denuncias de corrupción que existen en España.
En su primer debate sobre el Estado de la Nación en el Parlamento, Rajoy aseguró que España superó en 2012 los peores riesgos financieros y amenazas económicas que conoció en los últimos años. “Hemos evitado el naufragio de España”, afirmó. Al defender su gestión desde la tribuna del Congreso de los Diputados, y en el marco del crucial debate parlamentario que tiene lugar tras más de un año del Partido Popular (PP) en el poder, señaló que se cumplió una “doble tarea”. “Evitar el naufragio que amenazaba a nuestro país e iniciar las reformas que necesitábamos”, insistió el jefe del Ejecutivo, en referencia a los planes de ajuste y reformas neoliberales implementados bajo su mandato y con la presión constante de los mercados y Bruselas.
El presidente del gobierno español abrió el debate con la cifra de desempleados que tiene el país: 5.965.400. “La frialdad de la cifra no puede ocultarnos el drama que en ella subyace, seres humanos que sufren”, sostuvo. Luego, precisó que el principal objetivo de su gobierno es “darle la vuelta a esta situación”. Para ello, advirtió de que no habrá “ni un minuto” de relajación, sino “tensión permanente y esfuerzo continuo”. “El terreno en el que nos movemos es extraordinariamente complicado”, admitió. Dicho esto, intentó trasladar el mensaje de que pese a la herencia recibida y a las dificultades, España ya superó lo peor y está saliendo de la crisis. Aunque reconoció que no le fue posible cumplir con sus promesas electorales, reiteró que no se arrepiente de sus decisiones porque “cumplió con su deber”.
En medio de su discurso, Rajoy anunció una nueva batería de medidas contra el desempleo, entre ellas que a partir de enero de 2014 los autónomos y pymes no tendrán que pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) hasta que hayan cobrado las facturas. También explicó que hasta que el desempleo no baje del 15 por ciento se favorecerá la contratación a tiempo parcial de menores de 30 años, con una reducción de las partes del 75 por ciento y 100 por ciento. Al abordar el espinoso problema de corrupción, Rajoy se limitó a proponer penas más duras contra la “insoportable corrupción” y una vigilancia estricta de la actividad económica y financiera de los partidos, sin referirse en ningún momento al ex tesorero del PP Jesús Bárcenas, procesado por evasión fiscal, y al que hasta hace poco había protegido. Finalmente, dejó claro que no cederá ante el desafío separatista de Cataluña, región que planea celebrar un referendo de independencia en 2014, recordando que está dispuesto a negociar, pero cumpliendo con la Constitución española, que sostiene que la soberanía reside en el pueblo español y la nación es indivisible.
Sin embargo, al tomar la palabra, el líder del opositor Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió que la situación de España es actualmente “explosiva”, ya que al fracaso de la gestión de Rajoy, que trajo recesión, desempleo, desigualdad, se sumó el escándalo de corrupción en el PP. “¿Cree que se puede gobernar un país en crisis pendiente cada mañana que a Bárcenas (en referencia al ex tesorero del PP Luis Bárcenas, procesado por corrupción) le dé un ataque de sinceridad? No, por eso le pido que dimita”, arremetió Rubalcaba en su cara a cara con Rajoy. Dibujando un escenario desolador que contrastaba con el que describió el presidente del gobierno, el jefe de la oposición remarcó que todo está peor que hace un año. “La incertidumbre de entonces es desesperación”, añadió. Según él, tras quince meses, España está empobrecida, indefensa y entristecida y el país que salga de la crisis será más injusto, más pobre y más inhumano. Rubalcaba subrayó que el líder del PP destruyó con su reforma laboral “cientos de miles de empleos” y los “consensos sociales básicos” y, por eso, ahora uno de cada dos jóvenes está desocupado. En ese sentido, el líder socialista le recriminó que actuó por “pura ideología”. “Nada de esto era inevitable”, subrayó, tras recordar que la política de sanidad y educación del PP crea desigualdades. Sobre la situación de Cataluña, Rubalcaba acusó a Rajoy de haber “jugado con fuego, agitando la hoguera del anticatalanismo”, y a cambio se mostró favorable a emprender reformas en la Constitución para abordar los problemas territoriales.
En su turno de réplica, Rajoy le respondió que no va a dimitir porque, a diferencia del PSOE, su partido “no fue condenado por financiación ilegal”. Así como también le advirtió al líder de la oposición –quien le reclamó no haber abordado el drama de los desahucios– de que su propuesta de generalizar la dación en pago, es decir, la entrega de la vivienda a cambio del perdón de la deuda, podría dañar en el futuro el acceso de las familias a las hipotecas.
Rubalcaba y Rajoy protagonizaron la mayor parte del largo debate, en el que todas las fuerzas políticas plantearon fuertes críticas al presidente del gobierno, entre ellas el grupo de la Izquierda Plural y los nacionalistas e independentistas catalanes. Otros diputados que interpelaron a Rajoy fueron el portavoz del partido catalán Convergencia i Unió (CiU), Josep Antoni Durán Lleida, y Cayo Lara, en representación de la Izquierda Plural.
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