El gobierno griego comenzó ayer un nuevo intento de hacer pasar por la caja a los deudores fiscales morosos. El Ministerio de Finanzas amenazó con penas de cárcel a todos los que deban al fisco más de cinco mil euros y con sanciones a los funcionarios que no denuncian a los defraudadores. Con esa medida, Atenas espera recaudar parte de los 55 mil millones de euros que deben los individuos y las empresas.

Los deudores podrían ser condenados a entre 12 meses y tres años de cárcel, mientras a los dispuestos a pagar se les dará la posibilidad de hacerlo en plazos de 48 meses. “Queremos hacer pagar a los deudores y no mandarlos a prisión”, dijo el secretario de Estado de Finanzas, Haris Theocharis, a la radio griega. Los funcionarios que no cumplan las reglas podrían incluso ser despedidos. El ministerio considera que muchos se dejan sobornar. Según el Ministerio de Finanzas, 2,3 millones de griegos deben al fisco hasta tres mil euros y otros 100 mil, entre tres mil y 300 mil euros. Además, 5770 ciudadanos deben entre 300 mil y un millón de euros. Según los datos, sólo 1500 griegos son responsables de un agujero en las cuentas de 35 mil millones de euros.

Los analistas creen, sin embargo, que Atenas sólo podrá recaudar una parte de lo que reclama, porque muchas empresas endeudadas se han declarado en bancarrota o son públicas, como los ferrocarriles. “Incluso con un pedazo estaríamos satisfechos”, dijo un funcionario del ministerio. La dureza contra los defraudadores fiscales quedó ayer también en evidencia con la condena del ex alcalde de la ciudad griega de Tesalónica, Vasilis Papageorgopoulos, a cadena perpetua por complicidad en desfalco. El tribunal que lo juzgaba consideró que el ex alcalde sabía que un estrecho colaborador malversó en torno de 18 millones de euros durante su mandato, pero no hizo nada para evitarlo.