El ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt se declaró inocente en la fase final del juicio por genocidio y delitos por crímenes de lesa humanidad en su contra. Durante la audiencia, responsabilizó al Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) por los hechos. El ex dictador afirmó que fueron los rebeldes guerrilleros quienes “mal mataron a esa gente (por la población de la etnia maya ixil)”, y mirando fijamente a la presidenta del Tribunal, Jazmín Barrios, dijo: “Y ahora yo tengo que pagar por el genocidio”.

“La más grande desgracia de la angustia del pueblo ixil es que tuvo la mala suerte de que el Ejército Guerrillero de los Pobres ubicara su asentamiento principal en la zona que habitaba y que esa organización insurgente fue la que más influyó en que la gente se volcara en contra de la institución (por las fuerzas armadas)”, señaló el genocida guatemalteco.

“Me declaro inocente. Nunca tuve la intención, el propósito de destruir a una etnia nacional”, dijo en sus últimas palabras el ex jefe militar, de 86 años, al dirigirse durante más de una hora ante el Tribunal, que permaneció atento a su testimonio. El Tribunal A de Mayor Riesgo, que lleva el histórico juicio, decidió el miércoles entrar en la fase de conclusiones, tras optar por prescindir de los testigos de la defensa ya que, señaló, esa parte tuvo el tiempo suficiente para su presentación.

En la presentación de su alegato, el Ministerio Público pidió una condena de 75 años de cárcel para Ríos Montt y su ex jefe de Servicios de Inteligencia, el también general retirado José Mauricio Rodríguez, acusado de los mismos delitos. Ayer, la Asociación para la Justicia y Reconciliación (AJR) y el Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (Caldh) –dos organizaciones humanitarias que adhieren a la querella– se sumaron a la solicitud, tras cumplir con el trámite de expresar sus conclusiones en el juicio.

Aunque el Ministerio Público y los querellantes mostraron su desacuerdo, el Tribunal accedió a permitir la declaración de Ríos Montt, a pesar de que los tiempos procesales para que lo hiciera vencieron anteayer, cuando se dio por cerrada la presentación de testigos.

Ríos Montt señaló su malestar con las ponencias hechas por el Ministerio Público y los querellantes. “Me pusieron como un monigote que estaba ahí pintado”, manifestó. Insistió en que no tuvo responsabilidad en los hechos, por la estructura de la cadena de mando de las fuerzas armadas. A su vez, afirmó que era el ministro de Defensa a quien correspondía el “mando y la administración” del ejército.

También aseguró que hay regionalismos dentro del ejército y que a cada comandante le correspondía hacer que se cumpla la ley. “Aquí no hay cadena de mando, sólo jerarquía. Pero hay autonomía de mando, y ésa la da la jurisdicción de cada uno. En el área ixil, el responsable era el comandante de Quiché, o de Gumarcaj, o en última instancia el comandante de patrulla, pero eso lo tiene que definir el Ministerio Público”, señaló. La sala del tribunal, abarrotada, permaneció en silencio durante la extensa declaración. “No quise hacer un Estado fascista ni nada por el estilo; quise un país con identidad”, concluyó.