El líder del Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, amenazó con elevar un pedido ante el Parlamento contra el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy –en caso de que esquive su presentación ante los legisladores españoles– para que rinda cuentas por el escándalo de corrupción de los papeles de Bárcenas. “Si el Partido Popular vuelve a negar la comparecencia del presidente, presentaré una moción de censura, que en realidad es una moción por la dignidad de esta Cámara”, aseguró Rubalcaba en una reunión de su grupo parlamentario. El mandatario, por su parte, aseguró ayer, ante un grupo de grandes empresarios de su país, que la estabilidad política está garantizada y se comprometió a seguir adelante con su hoja de ruta en lo que a reformas se refiere. La oposición socialista presentará formalmente un nuevo pedido para que Rajoy acuda al Congreso de los Diputados el 24 de julio.

Mientras Rubalcaba lanzaba la advertencia contra el presidente, el PP volvió a vetar ayer en la Cámara alta otro pedido para que Rajoy diera explicaciones sobre la financiación ilegal de su partido y el cobro de sobresueldos en el que fue implicado directamente por su ex tesorero, Luis Bárcenas. Desde que estalló el caso de corrupción Gürtel por el que Bárcenas está encarcelado en la prisión de Soto Real, y luego de que saliera a la luz una supuesta contabilidad B del partido gobernante, la fuerza derechista llegó a bloquear hasta siete pedidos de comparecencia de Rajoy, al que tienen a buen resguardo gracias a la mayoría absoluta con la que cuentan en el Parlamento.

Sin embargo, el escándalo adquirió dimensión de crisis política después de que Bárcenas asegurara anteayer, por primera vez ante la Justicia, de que es el autor de las cuentas B y que les entregó 90.000 euros en negro a Rajoy y a su secretaria general María Dolores de Cospedal en 2009 y 2010. Ante el nuevo escenario, la oposición se mantiene dividida en cuanto a la fórmula para exigir responsabilidades a Rajoy: la Izquierda Plural sigue pidiendo elecciones anticipadas; los socialistas se vuelcan por la sustitución del presidente mientras que los nacionalistas exigen su comparecencia, pero aún no apoyan la moción de censura.

Por su parte, Rubalcaba afirmó ayer que no pretende que esta moción, que está destinada al fracaso, fuerce el debate acerca de si Rajoy puede continuar o no en su cargo o si hay otro dirigente en el PP en condiciones de reemplazarlo al frente del Ejecutivo español. “No quiero sustituir al presidente, sé que no tenemos diputados suficientes. Lo que quiero es que venga y explique en esta Cámara. No quiero que en su huida hacia adelante se lleve la dignidad del Congreso, que es la sede de la soberanía popular”, subrayó el líder del PSOE.

El portavoz del PP en la Cámara alta, José Manuel Barreiro, acusó al secretario general socialista de formar una “coalición de intereses” con Bárcenas. En su intervención ante la Diputación Permanente del Senado, que rechazó la comparecencia de Rajoy solicitada por los grupos de la oposición, Barreiro dijo que el único interés de Rubalcaba en este caso no es conocer la verdad, sino sacar a Rajoy del gobierno. “Buscar una vía que las urnas no le han dado para llegar al gobierno, ésa es la única razón”, denunció tras señalar que el jefe del gobierno dio cumplidas explicaciones sobre el asunto.

La vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que el Ejecutivo seguirá adelante e intensificará la línea reformista que emprendió al inicio de esta Legislatura y que nada ni nadie lo hará cejar en su empeño para salir de la crisis. Por su parte, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, aseguró que la estabilidad política en España se encuentra garantizada, que los mercados internacionales están convencidos de ello y que el gobierno continuará aplicando su actual agenda de reformas. Según el paladar negro de De Guindos, la estabilidad política que ofrece España es uno de los grandes valores del país e informaciones como las del “caso Bárcenas” no afectan su imagen en los mercados exteriores.

Entretanto, el presidente del gobierno español aseguró ayer, durante un encuentro con empresarios, que no piensa apartarse de la hoja de ruta planeada por su gobierno. Un día después de que el ex tesorero del PP admitiese ante la Justicia una financiación ilegal en esa formación durante dos décadas y el pago de sobresueldos en negro a la cúpula, Rajoy dijo también ante los empresarios que no cederá a ningún chantaje, según informaron los medios españoles.

“Voy a seguir gobernando”, levantó las palabras del gobernante en su edición electrónica el diario El País, citando fuentes cercanas a ese encuentro. El jefe del Ejecutivo español, al que parte de la oposición exige la dimisión por este escándalo, recibió en La Moncloa a los miembros del Consejo Empresarial por la Competitividad, en el que están los presidentes de las grandes empresas de España, para analizar con ellos la situación económica del país. Según fuentes del gobierno, Rajoy obtuvo el apoyo de los empresarios a su política económica y el jefe del Ejecutivo hizo gala ante ellos de la mayoría absoluta parlamentaria con la que cuenta para seguir gobernando.

Bárcenas presentó su renuncia definitiva como tesorero del PP en abril de 2010. En su declaración ante el juez Pablo Ruz, después de que se revelara que tenía cuentas en Suiza por 48 millones de euros, aseguró que el PP mantenía una contabilidad paralela y que se financió de manera irregular durante 20 años. El ex tesorero está desde el 27 de junio en prisión incondicional y sin fianza por riesgo de fuga después de que supuestamente hubiera intentado transferir fondos de sus cuentas en Suiza a Uruguay y Estados Unidos.