Miércoles, 17 de julio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › LAS NUEVAS AUTORIDADES EGIPCIAS ASUMEN TRAS LA REPRESIóN A LOS ISLAMISTAS
El nuevo gobierno de facto asumió ayer en Egipto, a pocas horas de que la represión policial dejara siete muertos y 261 heridos en una marcha contra el golpe de Estado. Después de un lunes marcado por nuevas manifestaciones masivas en contra del derrocamiento del presidente democráticamente electo Mohamed Mursi, policías antimotines arremetieron contra los disconformes que se negaban a dejar las calles del centro de El Cairo.
Los peores enfrentamientos se produjeron en la plaza de Al Nahda, al lado de la Universidad de El Cairo, en uno de los barrios de la capital donde los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista que reclama la vuelta al poder de Mursi, aún conserva su influencia. La versión oficial, divulgada por la agencia de noticias Mena, sostiene que los choques habrían sido protagonizados por militantes islamistas y vecinos. Sin embargo, en el corazón de la ciudad, las cámaras de los medios internacionales registraron la represión de la policía.
El nuevo gobierno se destaca por su composición, una mezcla de dirigentes liberales y miembros del ejército. En el gabinete sobresale la figura del jefe de las Fuerzas Armadas y uno de los hombres fuertes del nuevo gobierno, Abdel Fatah al Sisi, enfundado en el mismo uniforme que vistió al leer el comunicado que selló el golpe de Estado contra Mursi hace apenas dos semanas.
El primero en jurar en su nuevo cargo fue el primer ministro de facto, Hazem El Beblawi, un economista que ya había oficiado como ministro de Finanzas del gobierno militar que asumió tras la caída de Mubarak y que ocupó el puesto de subsecretario general de Naciones Unidas entre 1995 y 2000. Lo siguió el comandante golpista Al Sisi, quien no sólo conservó el Ministerio de Defensa y la cúpula de las fuerzas armadas, sino que además sumó el cargo de viceprimer ministro. El equipo de 35 ministros se completó con algunas figuras internacionalmente conocidas, como el economista y veterano investigador del Banco Mundial Ahmed Galal, quien asumió la cartera de Finanzas, y el nuevocanciller,NabilFahmy. Fahmy es un veterano diplomático que dirigió la embajada egipcia en Washington de 1999 a 2008 y ofició como asesor de varios organismos de la ONU a lo largo de su carrera.
Luego de la ceremonia, el nuevo gobierno de facto explicó a la prensa que el primer ministro, El Beblawi, había ofrecido algunas carteras al Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, y al partido salafista Al Nur. Esta última fuerza apoyó el golpe, pero terminó rompiendo con los golpistas por las designaciones de dirigentes liberales en el gobierno y la represión contra manifestantes islamistas. Al igual que Al Nur, los Hermanos Musulmanes rechazaron al nuevo gobierno egipcio. “Un gobierno que no se basa en el pueblo a partir de elecciones parlamentarias es un gobierno de gestión de negocios”, sentenció el vocero del PLJ, Ahmed Subaya.
La relación con Estados Unidos es central en la política egipcia. La Casa Blanca prometió seguir aportando 1500 millones de dólares anuales en concepto de ayuda militar y financiera pese a que, de acuerdo con las leyes estadounidenses, está prohibido asistir económicamente a gobiernos golpistas.
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