Desde Roma

Italia está cambiando rápidamente desde ayer. La revolución por la condena a cuatro años de cárcel de Silvio Berlusconi por fraude fiscal empezó a producir los primeros remezones en la política italiana, al día siguiente del fallo de la Corte Suprema. Il Cavaliere –que podría dejar de serlo por la condena– fue el primero en reaccionar agresivamente, atacando una vez más a los jueces que lo condenaron y llamándolos “sujetos irresponsables”. En un mensaje televisado, leído desde un escritorio con banderas a su lado, como si fuera el presidente de la República o el primer ministro, aseguró que desde que él decidió volcarse a la política, en la década del ’90, los jueces lo han perseguido, “condicionando la vida política” del país y tratando de asegurar “a los comunistas” el mantenimiento del poder.

Según Berlusconi, que negó rotundamente la acusación de fraude fiscal y de haber sido el creador del sistema de evasión de impuestos por el que se lo acusa, el país requiere una reforma judicial urgente. El, por lo pronto, seguirá en la vida política y dará (re)nacimiento a Forza Italia, el partido con el que se lanzó en la década del ’90 a conquistar los votos de los italianos, dijo en el mensaje.

Que pueda seguir en la vida política parece difícil por ahora, al menos como parlamentario, ya que aunque la condena a cuatro años quedaría de hecho reducida a uno por vía de unos indultos preexistentes, la condena es formalmente a cuatro, y con dos años ya no se puede ser miembro del Parlamento. Claro, eso no le impide, una vez cumplida la sentencia, seguir siendo el líder histórico del Pueblo de la Libertad o de Forza Italia. Aunque ya se habla de Marina Berlusconi, la hija mayor de Il Cavaliere que tiene a su vez cargos de importancia en varias de las empresas Fininvest y en particular en la editorial Mondadori, como su posible heredera política.

Pero lo que dijo Il Cavaliere no fue más que una parte de la historia de ayer. El PDL estuvo reunido con su líder buena parte del día para ver qué estrategia seguir. Se manejan dos hipótesis que podría llevar adelante el PDL. Por un lado pedir la gracia del presidente de la República para el condenado, pero presentarse a la cita con Giorgio Napolitano para hacerle el pedido llevando en la otra mano, por así decirlo, la renuncia de todos los parlamentarios y ministros del PDL. Una simple medida de presión... o una extorsión, como la llaman otros. Y si renuncian todos los parlamentarios se produce una inmediata crisis de gobierno. Es que al perder la mayoría parlamentaria que lo apoya, el gobierno de urgencia –si es que así se lo puede llamar, porque fue llamado a resolver los miles de problemas que plantea la crisis económica– presidido por Enrico Letta, pero que en realidad está integrado por ministros del Partido Democrático (PD, centro izquierda) y del PDL, se desmoronaría. “Estamos listos para renunciar”, declararon algunos diputados del PDL a la prensa.

La presidencia de la República ha hecho saber, por su parte, que para conceder la gracia o indulto presidencial se requiere un cierto procedimiento formal, lo que algunos han interpretado como que Berlusconi en realidad no sería un candidato posible.

Otro aspecto positivo de esta “revolución” podría ser que el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo, que jamás había querido aliarse con el PD y lo criticaba a muerte por haber llamado a los berlusconianos para el nuevo gobierno, ahora estaría pensando seriamente en salir al encuentro del PD y hacer un gobierno con ellos, para que algunas de las reformas que ellos quieren llevar delante puedan concretarse. Porque si se va a elecciones más o menos rápidamente, con la misma y tramposa ley electoral ideada por Berlusconi y los suyos, ningún partido saldría beneficiado. Aunque, tal vez, el mejor posicionado podría ser el PDL, luego de la dramática presentación del caso Berlusconi a la opinión pública, por sus abogados y correligionarios y por él mismo, en estos días.

Berlusconi tendría hasta la segunda quincena de septiembre para decidir si quiere hacer el año de prisión en arresto domiciliario o a cargo de los llamados servicios sociales. Mientras tanto, ya le habrían retirado el pasaporte, aunque el Senado todavía debe dar la autorización para que sea arrestado. Todo hace suponer que sus seguidores alargarán lo más posible esa decisión, aunque el M5S dijo que propondrá el próximo lunes que la discusión empiece sin retraso.