EL MUNDO › MAS DEL INFORME SOBRE LAS ARMAS DE SADDAM Y “FUEGO ENEMIGO”

El infierno de los okupas de Irak

Los ataques contra las fuerzas ocupantes en Irak dejaron ayer un soldado muerto y seis heridos. Y sigue la polémica de EE.UU. sobre el falso informe de que Saddam había comprado uranio a Níger.

Tres meses después de la caída de Bagdad, los ataques contra las fuerzas de ocupación en Irak continúan. Un soldado norteamericano murió y seis resultaron heridos en un ataque, mientras que un auto diplomático tunecino fue destruido con una granada en Bagdad. Y el flamante Consejo de Gobierno transitorio iraquí decidió ayer enviar una delegación al Consejo de Seguridad de la ONU para conseguir legitimidad internacional. A todo esto, un nuevo grupo iraquí reivindicó los atentados antinorteamericanos y prometió que habrá más. Mientras, Washington y Londres siguen tirándose la pelota sobre el informe de inteligencia que afirmaba que Saddam Hussein había intentado comprar uranio en Níger. La Casa Blanca acaba de admitir que éstos eran falsos pero, ayer, el gobierno británico dijo que la información era creíble y que venía de terceros países. No mencionó de quién se trataba pero, el domingo, un diario italiano aseguró que Italia había pasado esa información a Gran Bretaña y Estados Unidos.
Ayer, un soldado norteamericano murió y seis resultaron heridos en un ataque contra el convoy en que viajaban, al oeste de Bagdad. Una hora antes, en pleno centro de la capital, una granada lanzada desde un auto destruyó un vehículo diplomático tunecino que estaba estacionado frente a un edificio de las fuerzas angloestadounidenses. Allí no hubo víctimas pero, en medio de esta ola de ataques, el ejército estadounidense detuvo ayer a 226 sospechosos de colaborar con las fuerzas leales a Saddam Hussein. Desde que George W. Bush declaró el fin de la guerra en Irak, el 1º de mayo, han muerto 79 estadounidenses y británicos en ataques y accidentes en territorio iraquí. Para colmo, ayer apareció un nuevo grupo que reivindica los ataques contra las fuerzas de ocupación. En una carta escrita a mano que un corresponsal de prensa extranjero encontró en su auto, cerca de la ciudad iraquí de Faluja, el autodenominado Movimiento de la Jihad iraquí aseguró que lanzará nuevos atentados contra las tropas estadounidenses.
Mientras, la novela por entregas sobre las supuestas armas iraquíes sigue sumando capítulos. El ministro de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, declaró ayer que la información sobre la supuesta compra de uranio de Saddam en Níger era veraz porque no decía que el ex presidente iraquí lo compró sino que “lo intentó”. Y avivó aún más la polémica al decir que su gobierno no puede revelar a Estados Unidos cómo supo este dato porque su informante, que según él viene de un “tercer país”, exigió confidencialidad. No dijo a qué país se refería, pero el domingo, el diario italiano Il Corriere della Sera afirmó que el servicio de inteligencia italiano fue el que pasó ese dato a Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero las explicaciones de Straw no han hecho más que oscurecer las aguas. En su momento, la CIA tampoco informó a Londres que había enviado a un diplomático a Níger para verificar esos informes. Y esta desprolijidad entre aliados ha llamado la atención de la prensa británica, que considera a Italia como el país que suministró la información sobre los documentos falsos y a Francia como el proveedor de los datos adicionales que convencieron a Londres de que Saddam realmente había intentado comprar uranio en Africa. Pero el gobierno francés negó esta versión. “En contra de las insinuaciones de la prensa británica, Francia no está en el origen de informaciones publicadas en el dossier británico” sobre el programa nuclear iraquí, afirmó ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores francés.
Aunque la controversia no termina ahí. Ayer, el Departamento de Estado estadounidense admitió que cometió un error al nombrar a Níger en el informe que Washington presentó a la ONU el 19 de diciembre pasado. “En retrospectiva, lo hubiese dicho de modo diferente”, indicó ayer Richard Boucher, vocero de este organismo estatal, el primero que identificó públicamente a Níger como posible proveedor de uranio enriquecido de Irak.
Y al final de este capítulo está Bush, que no ve la hora de enterrar el asunto de las armas porque éste amenaza cada vez más con complicar su reelección el año que viene. Según él, la información que recibe de losservicios de inteligencia “es muy buena”. De hecho, el discurso que dio en enero pasado, y en el que nombró la supuesta transacción de Irak en Níger, “fue revisado por la CIA”, dijo ayer. Y agregó que, en ese momento, “se me informó que ese dato era cierto”. A tres meses de la invasión a Irak, Bush sigue convencido de que Saddam tenía “un programa de armas de destrucción masiva que eran una amenaza para el mundo”. Pero ayer, el ex inspector de armas de la ONU, Scott Ritter, dijo que las acusaciones estadounidenses sobre las armas de Irak eran “mentira”. Lo cierto es que las fuerzas angloestadounidenses todavía no han encontrado ningún vestigio de armas químicas o biológicas, ni pruebas de los vínculos entre el régimen de Hussein y la red terrorista Al Qaida.

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Un iraquí herido mira el vehículo dañado luego de la explosión de una granada, ayer en Bagdad.
 
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