EL MUNDO › INFORME DEL CONGRESO DE EE.UU. DENUNCIO LAS FALLAS DE INTELIGENCIA
Todo el control que funcionó mal
La comisión del Congreso norteamericano difundió ayer un texto de 900 páginas en el que denunció la falta de coordinación entre las principales agencias de Inteligencia respecto de la seguridad del país antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001. La duda es si los 3019 muertos se podrían haber evitado.
Por Isabel Piquer*
Desde Nueva York
Falta de comunicación y falta de coordinación. Las tres grandes agencias de Inteligencia estadounidenses –la CIA, el FBI y la NSA– tenían muchas pistas sobre las operaciones de Al Qaida en Estados Unidos pero nunca las compartieron. Así consta en un informe de 900 páginas elaborado por la comisión de investigación del Congreso sobre los atentados del 11 de septiembre, que se hizo público ayer. El documento denuncia los errores de sus servicios secretos, por los cuales “perdieron la oportunidad de frustrar el complot del 11 de septiembre impidiendo la entrada a territorio estadounidense o deteniendo a los terroristas”. Por otra parte, advierte que Estados Unidos nunca consideró la posibilidad de un atentado terrorista a gran escala en su propio territorio.
“Muchas cosas salieron mal”, comentó ayer Richard Shelby, senador por Alabama y ex presidente de la comisión de investigación; “si la CIA, el FBI y la NSA (National Security Agency) hubieran compartido su información en el momento adecuado, quizá los acontecimientos que llevaron al 11/9 hubieran sido distintos, pero no hay pruebas contundentes que puedan demostrarlo”. El texto denuncia que “a pesar de que los servicios de Inteligencia disponían antes del 11 de septiembre de informaciones pertinentes sobre los atentados, no pudieron concentrarse en las mismas. Tampoco demostraron tener iniciativa suficiente como para enfrentar las nuevas amenazas transnacionales”.
Una de las partes más delicadas del informe detalla cómo un contacto del FBI alquiló un piso en San Diego a dos de los secuestradores, Khalid AlMidhar y Nawaf Al-Hazmi, sin tener la más mínima sospecha de sus actividades. Ninguno estaba en una lista de presuntos terroristas. La CIA y la NSA, cada una por su lado, y sin informar al FBI, que no puso en alerta a su contacto, tenían vigilados a estos dos miembros de la red terrorista de Osama Bin Laden.
La NSA interceptó “varias comunicaciones sobre una posible actividad terrorista” entre el 8 y el 10 de septiembre, pero esta información no fue ni traducida ni difundida hasta mucho después de los atentados. La NSA sabía que Al-Midhar y Al-Hazmi viajaron en enero de 2000 a Kuala Lumpur para entrevistarse con otros miembros de la organización. Desde allí viajaron por el sureste asiático, siempre bajo la vigilancia de los servicios de Inteligencia estadounidenses, con Walid Ba’ Attash, un ciudadano yemení que luego fue identificado como uno de los organizadores del atentado contra el USS Cole en octubre de 2000.
Otro fallo importante fue descartar rumores sin confirmar la presencia en Estados Unidos de Khalid Sheik Mohammed, el presunto organizador de los ataques. Mohamed cruzó la frontera en varias ocasiones para “organizar encuentros entre varios miembros de Al Qaida”. “Los secuestradores no llevaron una vida aislada durante su estancia en Estados Unidos como se pensó en un momento”, y mantenían muchos contactos con el resto de sus colegas en todo el mundo.
El informe también afirma que desde 1994, Washington tenía serias sospechas de que Bin Laden pensaba utilizar aviones para perpetrar atentados, esencialmente contra aeropuertos y embajadas. “Los testimonios y las entrevistas apuntaban a que Bin Laden llevaría a cabo sus ataques contra intereses estadounidenses en el extranjero”, nunca dentro de las fronteras de EE.UU. La CIA, también asegura la investigación, no llegó a penetrar las redes de Bin Laden en Afganistán. La parte del informe que concierne Arabia Saudita no se hizo pública. “Si se desclasificara podría resultar delicada y sin duda algo más que eso”, comentó el senador Shelby. Por solicitud de la Casa Blanca fueron eliminadas 28 páginas confidenciales del informe del Congreso acerca del papel de ese país en relación con los atentados. El embajador saudita en Washington, el príncipe Bandar bin Sultan, desmintió en un comunicado que sus serviciosde información estaban al corriente de los dos miembros de Al Qaida en San Diego.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.