EL MUNDO

Adivine quién es quién del combo

Por Ramón Lobo *
Desde Bagdad

El ejército de Estados Unidos en Irak presentó sus pruebas. El mando hizo públicas en la tarde de ayer dos fotografías de los cadáveres de Uday y Qusay, hijos varones de Saddam Hussein abatidos el martes en una vivienda de la ciudad de Mosul, al norte del país. El retraso de más de 48 horas en ofrecer la evidencia de la muerte de dos personas claves en el antiguo régimen alimentó entre los iraquíes todo tipo de especulaciones y habladurías en las que se ponía en duda la veracidad de los hechos.
Como se ve, en las fotos aparecen en primer plano dos personas con barbas y con abundantes restos de sangre en sus rostros. A uno de ellos, que parece Uday con la cabeza rapada, le falta la parte superior de la mandíbula y una sección de la nariz, lo que alimenta la teoría de que el hijo mayor del dictador se suicidó al sentirse acorralado por las tropas norteamericanas. El otro está algo hinchado, tiene los párpados cerrados y amoratados, y su parecido con el Qusay vivo resulta más complicado de establecer a simple vista. El general Ricardo Sánchez, jefe de las tropas de Estados Unidos en Irak, dijo el miércoles que las pruebas dentales, médicas y de rayos X habían establecido que en el caso del hijo menor de Saddam la certeza era del ciento por ciento.
Cuando las dos imágenes fueron emitidas anoche en la televisión iraquí, se escucharon en Bagdad varias ráfagas al aire y algún bocinazo aislado en unas calles vaciadas por el miedo a los robos. La mayoría de los habitantes aún no conoce la noticia de la publicación de las fotos, pues carecen de electricidad y no todos en la capital pueden costearse un generador. Tendrán que esperar a la publicación de las fotografías en los principales diarios. Uno de los nuevos periódicos alentados por el procónsul Paul Bremer, llamado Al Sabah, no sale los viernes, día sagrado de los musulmanes, pero fuentes de su redacción ya anunciaron ayer su intención de sacar una edición especial.
El retraso en publicar las fotos de los cuerpos sin vida de los hijos de Saddam se debió al recelo de algunos mandos del ejército estadounidense en Irak. Sostenían que mostrar los cadáveres podría incrementar el odio a los ocupantes y favorecer nuevos atentados de la resistencia. El general Ricardo Sánchez había prometido en la rueda de prensa del martes "pruebas concluyentes" para el miércoles, pero éstas no llegaron ese día ni ayer por la mañana.
La divulgación de las fotos de los hijos de Saddam dista de convencer a toda la población de Irak. El miércoles por la tarde, Varant decía delante de su tienda: "Los norteamericanos se están tomando su tiempo para preparar las fotografías". Preguntado acerca de si el hecho de que Uday y Qusay lucharan hasta la muerte podría alentar su leyenda, Varant responde: "Se escondieron y no lucharon cuando había que luchar. Ahora ya es tarde para ser valientes".

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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