La diócesis del polémico obispo alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst, alejado temporalmente del cargo por el papa Francisco, confirmó que analiza diversas opciones para dar un uso social a su millonaria residencia. Las ideas van desde un hogar para gente de la calle, pasando por un centro de información, hasta un café para los miles de visitantes que recibe la catedral, señalaron fuentes de la diócesis de Limburgo, en el centro-oeste de Alemania. “El lugar tiene algo comunicativo, invita. Debe reconvertirse en algo abierto”, sostuvo el párroco Albert Dexelmann, confirmando una información publicada en el semanario alemán Der Spiegel.

“La residencia es como un pecado heredado del obispo”, dijo un vocero de la organización Cáritas. Allí se les podría dar comida a las personas sin hogar que buscan a través de nosotros un refugio”, agregó. Ayer, funcionarios de la Iglesia en Limburg dijeron que estaban evaluando qué sanción aplicarle al “obispo millonario”, como se lo conoce a raíz del escándalo que protagonizó. Tebartz-van Elst lleva meses en el centro de la polémica por su estilo autoritario, su lujosa residencia con un costo de 31 millones de euros (42 millones de dólares) e investigaciones por falso testimonio y malversación de fondos. El papa Francisco ordenó el miércoles pasado que el religioso de 53 años se alejara del cargo hasta que se conocieran los resultados de una comisión de investigación sobre los gastos en su diócesis.