[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El candidato oficialista, Johnny Araya, y el izquierdista José María Villalta se anticipaban ganadores de la primera vuelta en las elecciones presidenciales que se celebraron ayer en Costa Rica. Al cierre de esta edición, no se conocían cómputos absolutos de los comicios. Tanto Araya como Villalta, candidatos del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN) y del izquierdista Frente Amplio (FA), se mostraron convencidos de poder superar el 40 por ciento de los votos, condición necesaria para evitar una segunda vuelta electoral. La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, pidió que los candidatos tomaran con tranquilidad los resultados.

Según todas las encuestas de opinión, Araya y Villalta eran, en ese orden, los postulantes favoritos para alzarse con la presidencia, seguidos por el candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, de centroizquierda, y el derechista Otto Guevara, del Movimiento Libertario (ML). El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Luis Antonio Sobrado, aseguró que los comicios transcurrieron con normalidad en todo el país. “La gente está llegando a votar. Nosotros desde el Tribunal seguimos cumpliendo con la intención de facilitar el voto, garantizando que el proceso electoral se desarrolle en completa transparencia”, explicó Sobrado.

“En esta coyuntura y la encrucijada que tienen los costarricenses, es la elección más importante de las últimas décadas. Representamos el camino más seguro y equilibrado para la estabilidad política, social y económica de Costa Rica”, dijo Araya luego de votar en la escuela primaria Carlos Sanabria Mora, en la localidad de Pavas, en el oeste de San José.

Tras ejercer su derecho al sufragio, Villalta declaró: “Estamos muy optimistas, creemos que podemos ganar en primera ronda”.

El líder del FA, que fue acusado de comunista y chavista durante toda la campaña, y desde todos los frentes, fue el único de los candidatos favoritos que no visitó una iglesia. “No suelo ir a misa. Creo que sería oportunista ir ahora que estamos en elecciones. Me parecería una hipocresía sólo porque hay elecciones”, afirmó Villalta.